En el inhóspito caminar de la vida…
Nuestros pasos, parecieran que se quedaran anclados con el transcurrir del tiempo.
Se confunde entonces el presente, con el pasado y el futuro no se divisa, ese se mira, como aquellos que no nos correspondes, porque esta empañado con la visión del dolor y el sufrimiento.
¿Es acaso esto último requisito previo para alcanzar el cielo?
O es la expresión de nuestra conciencia, que se rebela, porque sabe que esto no lo concierne, pero que dentro de nuestra normas sociales, cultura y religiosa, es el precio que se debe pagar para llegar el paraíso. Y nos alimentamos diariamente con todos estos contenido, que solo aturden y ensordecen nuestra conciencia, quien solo está en la búsqueda de abrir futuro, aparece entonces la sintomatología, que nos hace entrever, que algo no está bien y que así como no es normal que nuestro cuerpo manifieste un dolor , tampoco lo es, el que sufra. Aparece entonces la pérdida de sentido de la vida, creemos que ya nada importa, nuestros sueños, expectativas y aspiraciones se han desquebrajado y nos queda la desesperanza, desánimo, el desosiego, la falta de fe y con ellos, el rencor y el resentimiento, con aquellos que nos fallaron y no hicieron posible hacer realidad nuestra ilusiones. Cerramos la visión y nos quedamos allí creyendo que esto no valió la pena, surge entonces, de nuevo nuestra conciencia reclamándonos por el hecho de haber perdido nuestra brújula y recordándonos a que ha venido, y diciéndonos que es necesario que sigamos avanzando, que la vida no termina allí, que hay algo más grande que el mismo sentido provisional de nuestro existir, que es nuestro deber volver al camino, no importas cuanto tiempo nos tardemos, o cuantas experiencias tengamos que vivir para sentir que somos seres completo, que nos hemos perdido nada, que si nos reencontramos con nosotros mismo hemos vuelto al camino..
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