Es un vehículo de energía que compenetra y anima al cuerpo físico denso, está formado de materia pero de un nivel más sutil que los estados de materia conocidos por la ciencia. Es preexistente al cuerpo del recién nacido, se adapta y moldea de acuerdo a la forma y tamaño del cuerpo físico, libre del cuerpo material no posee una forma determinada, por su plasticidad se convierte en un doble del aspecto físico.
Cada parte del cuerpo denso tiene una contraparte psíquica, así en el cuerpo sutil tenemos los mismos órganos y sistemas que en el cuerpo material, sólo que en materia psíquica. Cuando existe una descompensación energética a nivel psíquico se manifiesta como una alteración de la salud en la parte física del órgano afectado, o viceversa cuando se produce una disfunción o malestar en la parte física inmediatamente influye negativamente en el nivel sutil, por eso existen enfermedades psicosomáticas, que se inician en la parte mental y repercuten luego en lo orgánico o somático, así como existen enfermedades somatopsíquicas, cuya expresión negativa comienza a nivel físico y después influye en la parte mental o psíquica.
El cuerpo sutil es influido grandemente por los pensamientos y las emociones, de ahí la importancia de cuidar nuestra actitud mental, por eso muchas personas se enferman por la índole negativa de sus formas mentales que constantemente están creando en forma no consciente.
También se puede afectar lo psíquico desde el nivel físico como el tener una alimentación deficiente en energía vital, el no descanso suficiente, la actividad estresante sin control, la falta de ejercicio, una higiene inadecuada, o el no vivir en armonía con la naturaleza de la cual somos parte, y sobre todo los hábitos nocivos que dañan directamente la salud física y psíquica, como la drogadicción, el alcoholismo, el tabaquismo y todos los excesos en general.
El cuerpo psíquico o sutil posee una red de canales de energía conocidos como nadis en el sistema Yoga, y centros de fuerza que influyen en el funcionamiento psicofísico de nuestro ser, estos centros son los chakras, de los cuales destacan siete por su gran importancia, así como tres nadis que son los más importantes de todos los que existen. Los tres nadis principales son:
Ida canal de energía de tipo femenino o pasivo que fluye por el lado izquierdo del cuerpo.
Pingala que canaliza la energía masculina o activa por el lado derecho del organismo.
Sushumna que corresponde a la unión de los tipos de fuerzas de la naturaleza, y que circula por el centro del cuerpo, por la contraparte de la columna vertebral en el cuerpo psíquico.
Estos tres canales de energías se entrecruzan siete veces formando los chakras o centros de fuerza que influyen poderosamente a nivel físico, psíquico y espiritual, tal y como ya los hemos estudiado en los primeros capítulos de este libro.
En la acupuntura o medicina china se habla también de estos canales de energía que son conocidos como meridianos, y puntos especiales de contacto entre lo material y lo psíquico, que pueden activarse mediante la inserción de agujas especiales o bien como en el caso de la digitopuntura mediante la presión de los dedos sobre esos puntos específicos, que han sido estudiados por cientos de años.
Así como existen los sentidos físicos así también tenemos los sentidos psíquicos, de tal manera que si pudiéramos liberar el cuerpo sutil de su envoltura material seguiríamos viendo, escuchando y teniendo contacto con el mundo exterior a través de los sentidos psíquicos. Gracias a estos sentidos es que se manifiestan muchos fenómenos de percepción extrasensorial, personas que pueden captar visualmente en su cerebro colores y formas sin necesidad de utilizar su vista física, o bien que perciben sonidos y voces como si estuvieran escuchando con los oídos, cuando la fuente de impresión sensible está totalmente fuera del alcance de la rata vibratoria del sentido auditivo. Existen casos de personas que pueden ver con las manos, es decir utilizando el tacto; o también la percepción de fragancias y olores fuera del alcance de la persona sensitiva.
El cuerpo psíquico conocido también en algunas escuelas como astral o etérico, puede ser visto por medio de la visión sutil, normalmente se percibe como una emanación electromagnética o aura alrededor del cuerpo material. Existe la fotografía Kirlian que es lo que más se ha acercado desde el punto de vista científico al reconocimiento de la existencia de este cuerpo de energía sutil o astral.
Pero sobre todo las experiencias de millones de personas a través de los tiempos corroboran la existencia de este cuerpo psíquico, incluyendo las revelaciones de los llamados libros sagrados de la humanidad, donde se hace mención de la existencia de dos cuerpos, el material y otro de tipo espiritual.
Hay quienes han tenido la experiencia de sentirse fuera del cuerpo material, pudiendo ver, escuchar, pensar y sentir, como si estuvieran en el cuerpo físico, sólo que en este otro cuerpo se puede volar o viajar a la velocidad del pensamiento, la materia física no es un impedimento para ver o bien para traspasar una pared por ejemplo; el cuerpo psíquico aún siendo material no está limitado por las leyes del mundo físico, sino por los principios del plano psíquico.
Cada plano de existencia es regulado por las leyes universales en su nivel propio de expresión o manifestación; el cuerpo psíquico responde a las leyes del plano dimensional que le corresponde, así como el cuerpo físico es influido por los principios de la naturaleza en el nivel denso-material. En todo hay una armonía perfecta.
"Tú sabes ya que nosotros no somos el cuerpo físico, que además de este cuerpo denso que es nuestro instrumento o vehículo de expresión en la materia, tenemos además otros vehículos internos: el cuerpo psíquico o astral y el cuerpo causal espiritual. El cuerpo psíquico es un doble del físico, formado de otra energía más sutil que la materia y el causal está formado de vibraciones sutilísimas de energía espiritual-divina. Sin profundizar demasiado te diré que existen tres planos de expresión del ser: el plano físico o material, el psíquico o sutil y el causal o cósmico-espiritual".
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