Este Principio destaca de forma figurada la oposición de las situaciones. Sin embargo, tal oposición podrá ser conciliada si se modifica el punto de vista respecto al problema.
El excesivo calor del verano, hace pensar compensatoriamente en el frio del invierno y a la inversa. Toda situación difícil hace evocar o imaginar a su atagónica, pero una vez en ella, vuelve la disconformidad. Entonces la compensación nos lleva a su punto opuesto. Allí donde aparezca el sufrimiento, la compensación se pondrá en marcha, pero no por ello el sufrimiento mismo será vencido.
Es muy distinto el punto de vista y el comportamiento frente a las dificultades, por parte de quien está orientado por un sentido de vida definitivo. Si alguien cree que su vida tiene un sentido y que todo lo que le sucede sirve a su aprendizaje y perfeccionamiento en esa dirección, los problemas que le aparezcan no tenderán a ser eludidos compensatoriamente, sino que los asumirá descubriendo también en ellos alguna utilidad. El frio del invierno será aprovechable y también el calor del verano y cuando cada uno se presente, esa persona dirá: "¿En qué se oponen las estaciones si ambas me sirven?".
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