Es dentro de usted, justo en ese espacio interno, valioso y trascendental que existe en su corazón, en donde está la chispa de su vida. Allí se encuentran todas las respuestas que necesita.
Por eso, ante cualquier situación difícil por la que atraviese, debe tener confianza y aprender a escuchar a su ser interior.
La vida le trae de manera cotidiana diferentes situaciones, unas más difíciles que otras. Sin embargo, le corresponde buscar soluciones apropiadas, las cuales se convertirán en escalones para su crecimiento.
Cada cosa que le sucede es, de manera literal, un espejo en donde se puede mirar. Si el aguacero de la angustia llena el horizonte de su pensamiento, sencillamente verá nubes grises por doquier.
En cambio, si la calma viene a sentarse en medio de su pecho, verá cómo la tranquilidad se mece al vaivén de sus grandes anhelos.
Mejor dicho: si su cabeza es una ‘guarida’ oscura en donde se esconden pensamientos de odio, de rencor o de envidia; cuando camine por la vida, sólo verá pasar por ella estos feos sentimientos.
Trabaje con todo entusiasmo y vea los problemas del momento como sanos retos. Las vicisitudes ponen a prueba nuestra capacidad para levantarnos.
No pase sus situaciones a otros para ahorrarse el esfuerzo mental en la búsqueda de las soluciones; tampoco les eche la culpa a los demás. Si actúa así, perderá valiosas oportunidades de crecer, de mejorar y de experimentar la magia de vivir.
Un último consejo: al despertar cada mañana, ofrézcale su primer pensamiento a Dios; dele gracias por el nuevo día y por el regalo de la vida. Pese a que amanezca lloviendo, prográmese un día sereno. Propóngase vivir esas 24 horas en paz con usted mismo y en armonía con las personas que están a su alrededor.
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