martes, 22 de julio de 2008

LA MENTE Y LOS SURCOS

La mente se asemeja a un disco de vinilo, como en esos discos, existen surcos en nuestros cerebros, circuitos de neuronas, formados por repetidas experiencias y pensamientos repetidos. Mientras más repetimos una acción específica o repetimos un pensamiento específico, más se acentúan los surcos en nuestro cerebro, esto es algo como una maldición si los hábitos son dañinos, pero también podría ser una gran bendición: por ejemplo, la vida no sería para nada práctica si tuviéramos que recordar cómo caminar cada vez que damos un paso.

Dentro de cada uno de nosotros hay una magnífica reserva de creatividad e ingenio. No es difícil aprender a aprovechar este depósito interno. Lo que nos detiene es sólo el hábito. Es el hábito lo que impide el uso de nuestras mentes; es el hábito el que nos mantiene creyendo en una vida limitada de altibajos, de gozo y dolor, de éxito y fracaso. Cualquier hábito puede ser destruido o re-entrenado. Si nuestras creencias son las que mantienen nuestras mentes atadas a una pequeña parte de su potencial total, estas creencias pueden ser cambiadas.

La mente humana es una herramienta fascinante. Es suficientemente compleja como para realizar cualquier cosa, el número de combinaciones y permutaciones posibles de las neuronas en el cerebro humano es mayor que el número de átomos en todo el Universo. Esta es una máquina verdaderamente asombrosa, casi infinitamente compleja, capaz de darse cuenta de cualquier verdad, de tener cualquier tipo de experiencia. El cerebro humano es suficientemente sutil como para experimentar la conciencia misma, la esencia más abstracta de todo, si esta máquina extraordinaria actuase de manera completamente unificada, el poder de su fuerza de pensamiento sería lo suficientemente poderoso para hacer cualquier cosa. Esto es a lo que Cristo se refería cuando dijo que si tu fe era del tamaño de un grano de mostaza, sería capaz de mover montañas. El poder de la mente perfectamente concentrada es literalmente ilimitado.

Poseemos la máquina más increíble en el universo, capaz de experimentar cualquier realidad, capaz de descubrir cualquier verdad, dotada para cumplir cualquier deseo. ¿Qué es lo que hacemos ordinariamente con esta magnífica máquina? El modo normal de operación es el de cambiar entre pensamientos y deseos que se contradicen mutuamente por docenas de veces ¡cada minuto! Si la mente fuera un receptor de radio, sería como si cambiáramos de estación cada segundo – se oiría mucho ruido, una recepción no placentera, que sería difícil de seguir. De hecho, sería tan difícil de seguir que te dejaría exhausto si trataras de escuchar esto por unas horas; estarías obligado a apagarla y no escuchar nada por un tiempo. Esto es lo que experimentamos en el estado despierto de conciencia. La mente es un receptor de percepciones, imágenes y pensamientos; éstos desfilan a través de ella en una sucesión rápida y sin fin hasta que la mente se cansa por completo y tiene que apagarse para poder recuperar sus recursos moleculares y poderes sutiles totalmente descargados. Por eso dormimos.

El poder de la mente dividida es débil, ineficaz. Sabes que un adulto promedio tiene entre 50.000 y 60.000 pensamientos por día? y no estamos creando una gran obra de la literatura o una gran obra musical, no, estamos teniendo un gran ruido mental que lo único que hace es desenfocar la mente y evitar que cumplamos nuestros deseos, por ejemplo tomemos un deseo que la mayoría de nosotros, sino todos ha tenido en algún momento, el deseo de tener una relación ideal, lo intentamos y no lo logramos, por que? por que además de tener este deseo tenemos los surcos que inconscientemente nos están diciendo que no lo podemos lograr, surcos que se han grabado por nuestras experiencias previas y esto trabaja en contra de nuestro deseo pues son como vocecitas taladrando lo que queremos; y no es que vayamos por ahí pensando que no lo podemos lograr, repito, esos surcos son INCONSCIENTES, no nos damos cuenta de que están ahí!, entonces, un deseo parte puro de mi corazón, pero choca contra todos mis surcos inconscientes de limitación, entonces, que posibilidad tengo de lograr esto que deseo? No muchas!!!!!, es como ir contra la corriente de un río.

Cuando la mente trabaja contra si misma, tu habilidad para tener éxito en cualquier cosa esta grandemente disminuida, así como lo esta tu habilidad para ser feliz o aun saludable, cuantas enfermedades tiene origen psicoanalítico? ¿Cuántas veces nos hacemos esto a nosotros mismos? Invertimos una gran cantidad de fuerza emocional, espiritual e intelectual en la realización de un deseo, mientras minamos nuestros esfuerzos con un coro continuo de dudas y deseos contrarios. Algunos de ellos son tan habituales o están tan bien escondidos que no nos damos cuenta de lo que nos estamos haciendo a nosotros mismos hasta que es demasiado tarde... Si deseamos algo, el truco para realizarlo es no socavarlo con la miríada de contra-deseos, de nuevo, esto es un hábito; la mente puede ser entrenada para pensar de un modo enfocado, o puede continuar pensando como piensan la mayoría de los humanos, con conflicto y diversidad

La mente no es solamente un receptor de información sensorial. Es lo suficientemente sutil para conectarnos directamente con las cosas de la mente que son el constituyente fundamental del Universo – la mente es una máquina que te conecta a ti, el individuo, con la Fuente Universal de todo y cuando la mente se concentra en sólo una cosa, cuando todas sus energías se concentran como una, es capaz no sólo de experimentar un profundo estado de conciencia sino también de transmitir sus deseos a este espacio y crear exactamente lo que deseamos.

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