Estas prácticas son procedimientos breves que el practicante puede utilizarlos con el propósito de predisponerse positivamente para las actividades cotidianas y para afrontar situaciones particularmente difíciles.
Estas experiencias breves sirven para mover imágenes sobre situaciones difíciles a diferencia de las experiencias guiadas que trabajan sobre los contenidos internos.
EL NIÑO
Recordarse o imaginarse como niño en el lugar y momento en que sufrió una injusticia. Comprender y perdonar aquella injusticia, mientras se imagina al niño corriendo feliz por un campo luminoso.
EL TEMOR
Recordarse en una situación frente a una persona, animal u objeto que haya provocado especial temor. Hacer frente a la situación mientras se observa que el factor de temor va perdiendo fuerza hasta resultar simpático.
EL ENEMIGO
Recordar a alguien hacia el cual se conserva una actitud de resentimiento, imaginarse en la situación que provocó ese estado. Luego, a la otra persona, en el momento en que esta por caer en el abismo. Arrojarle una cuerda y salvarlo de una muerte segura.
EL GRAN ERROR
Recordar el momento o los momentos en los que se cree haber equivocado el rumbo de vida. Momentos en los que uno supone que si hubiera elegido bien, la vida actual sería más feliz. Verse en situación. Reconocer que el rumbo que se tomó en aquel momento era el único posible. Considerar que de haber procedido de otra forma las cosas hubieran resultado peor que en el momento actual. Proponerse a futuro, elecciones más libres.
EL RESENTIMIENTO
Imaginarse de noche en un jardín oscuro bañado por la luna. Muy próxima la sombra de una persona que ha producido en uno mucho daño. Esta encadenada a un árbol y pide perdón y ayuda. Romper su cadena y salir caminando alegremente mientras se eleva el sol del amanecer.
LA LIBERACION
Representarse sentado en un sofá frente a una persona con la que se tiene gran confianza. Contarle completamente un suceso que se ha guardado siempre como un secreto oprimente. Luego, imaginar que la otra persona se acerca y va ayudándolo a uno a expulsar por la boca una forma viscosa y tibia de sabor repugnante. Mientras la forma es extraída experimentar gran alivio interno, comprobando que aquello se va esfumando en las manos del colaborador. Salir de la habitación con sensación de gran tranquilidad interior.
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