miércoles, 18 de noviembre de 2009

Aceptación del Final

Tercera Fase:

Cuando la muerte del ser querido se acerca, vuelven a aparecer emociones intensas y desacuerdos explícitos o tácitos acerca de las circunstancias en que se espera o se desearía que ésta ocurriera. La familia nuevamente se repliega sobre sí misma, esperando el final, lo que deja en el ambiente una sensación, a veces equivocada, de un fuerte bloque de apoyo familiar incondicional ¿?. Éste puede desaparecer uno o dos meses más tarde, demostrando así su carácter transitorio, de respuesta a la emergencia.

Cuando el evento de la muerte en sí pudo ser anticipado, cuando en lugar de pánico y decisiones impulsivamente tomadas al final la persona tiene una buena muerte, con su dignidad respetada y su voluntad cumplida, acompañada y aliviada , quedará en el recuerdo de todos los involucrados una imagen triste pero tranquilizante, sin culpas, sin remordimientos que tendrá efectos apacibles en la elaboración del duelo posterior. Cuando por el contrario, el evento de la muerte está rodeado de confusión, angustia, inculpaciones, reproches mutuos, esa imagen perdurará en el recuerdo como una pesadilla difícil de procesar” (Isa Fonnegra de Jarmillo, 2001)

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