La capacidad de abstracción
de la conciencia aumenta en el nivel vigílico y disminuye en los niveles
inferiores, aumentando entonces los mecanismos asociativos. En vigilia trabajan
tanto los mecanismos de abstracción como los de asociación en su base.
Consecuencia de los primeros es la “ideación” y de los segundos la
“imaginación”. La ideación consiste en la formulación de abstracciones que
podemos definir como “conceptos”. Estos son reducciones de los objetos a sus
caracteres esenciales (por ejemplo, de un campo se puede abstraer su forma
triangular y calcular su área geométrica). La conceptualización no trabaja
con elementos aislados, sino con conjuntos de elementos, y es a partir de esas
conceptualizaciones que se pueden establecer clasificaciones (por ejemplo,
se hace la abstracción “árbol”, pero resulta que hay distintos tipos de
árboles, por lo que aparecen también clasificaciones en categorías, clases,
géneros, etcétera). De acuerdo a esto, la ideación se da sobre la base de conceptualizaciones
y clasificaciones gracias a los mecanismos abstractivos de la conciencia.
La imaginación surge con el trabajo de los mecanismos de
asociación: por contraste (blanco-negro); por contigüidad (puente-río): y por
similitud (rojo-sangre). Pueden distinguirse dos tipos de imaginación: la
imaginación divagatoria y la imaginación plástica o dirigida. La primera se
caracteriza por la asociación libre, sin guía, en la que las imágenes se
sueltan y se imponen a la conciencia (en sueños y ensueños, por ejemplo). En la
imaginación plástica o dirigida, hay una cierta libertad operativa, admitiéndose
una dirección en torno a un plan de inventiva en el cual es de interés formalizar
algo inexistente aún. Según que los impulsos que llegan a la conciencia sean
trabajados por uno u otro de los mecanismos señalados (abstracción,
clasificación, divagación o imaginación dirigida), se obtendrán distintas
traducciones formalizando múltiples representaciones.
Silo
No hay comentarios:
Publicar un comentario