lunes, 24 de junio de 2013

 Vías eferentes


Los impulsos provenientes de los distintos puntos encefálicos pasan también por la fra en su parte descendente, que los regula y modula según el estado de actividad en que se encuentre. Otras vías eferentes estarán dadas por la hipófisis y el torrente sanguíneo y las fibras directas del hipotálamo como válvula de conexión del encéfalo con el sistema glandular y el organismo en general, para llevar a cabo las respuestas ordenadas en forma coordinada.
a) Sueño. En ambos tipos de sueño (pasivo y activo) los impulsos efe­­rentes son inhibidos o suprimidos por la fra, en especial cuando com­pro­meten funciones (motoras, por ejemplo) que modificarían el nivel. El encéfalo, desde la subcorteza, mantiene latentes las funciones vegetativas y básicas al ritmo mínimo que corresponde a tal momento de regeneración y recuperación energética.
b) Semisueño. La variación eferente más notable en este caso, es la co­rres­pondiente al momento del despertar en que el encéfalo envía estímu­los que activan fuertemente todas las funciones orgánicas, incrementando el caudal nervioso que circula. Participan dos mecanismos químicos básicos que son la descarga masiva de adrenalina (que en retroalimentación activa el encéfalo completo en su capacidad de transmisión ner­viosa y a la fra en particular) y el cambio en la proporción sodio-potasio.

c) Vigilia. El “incendio de corteza” producido por la fra en este ni­vel, su acción “facilitadora” y la integración de todas las funciones del sis­tema nervioso central, liberan estímulos en­cefálicos eferentes que por las vías descriptas mantendrán todas las funciones propias de este estado, ex­presándose en la forma conocida por todos los centros. Como caso par­­ticular, se observa que al concentrarse la atención sobre un objeto par­­­ticular, son puestos en marcha algunos de estos mecanismos modu­la­do­­res de la fra. El resultado es que, en parte, el estrechamiento del cam­po de presencia en este caso, se debe a que se “apagan” algunos de los estímulos entrantes, antes de alcanzar la corteza. Como éste, hay mu­chos otros casos de control central encefálico del aporte sensorio (kines­tesia, por ejemplo). También dentro del sistema de alerta, existen áreas corticales que (transformando y coordinando impulsos de memoria) emiten impulsos de respuesta que provocan el despertar al desinhibir a la fra, pero sin producir movimiento alguno. 
Silo

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