Se sabe
que para aprendizajes simples basta la médula para trabajar, pero ya en los
más complejos actúa lo subcortical, y para grandes áreas de almacenaje, la
corteza. El aprendizaje es entendido como acondicionamiento, en el sentido que
bajo ciertas condiciones repetitivas, el animal u hombre responde como se lo
está acondicionando o enseñando. En el hombre no es tan simple por sus
complejos mecanismos de entendimiento y comprensión, pero en todo caso aprender
algo exige reiteración de huella mnémica para que ésta salga como respuesta.
En los procesos de memoria y aprendizaje hay distintos casos, como el
descifrado de señales para retener el concepto, o la asociación con imágenes
similares, contiguas o contrastadas, simple reflejo motriz repetido y asociado
a otros, admitiendo estas formas numerosas combinaciones. La mecánica básica
es: relacionar un reflejo incondicionado (hambre, por ejemplo) a un estímulo
condicionante (luz, por ejemplo) de tal manera que al relacionar un estímulo
artificial hay una respuesta acondicionada. Importa en este simple trabajo, que
puede complejificarse, la brevedad o reiteración del acondicionamiento, la
insistencia que lleva a saturación o bloqueo. Cuando los reflejos van dirigidos
a algo específico, se habla de “reflejos discriminados”; cuando se condicionan
a respuesta veloz, de “reflejo inmediato” y a respuesta lenta, de “reflejo
retardado”.
Se sabe que hay más efectividad en el acondicionamiento cuando
hay recompensa o según alternativa premio-castigo, agrado-desagrado. Hay un
“reflejo elusivo” que lleva a evitar las situaciones desagradables y un estado
de alerta o vigilancia que puede ser considerado como “reflejo de
orientación”. Cuando el acondicionamiento va dedicado no sólo a responder sino
a operar en el mundo, se menciona al “reflejo operante”. En general, la
habituación y los estímulos contradictorios van disminuyendo la respuesta
refleja. Originalmente se pensó en la base cortical para los reflejos, pero
luego se vio que actuaba la gran base de estructura subcortical, talámica e
infratalámica (observaciones con eeg).
Las experiencias con electroencefalógrafo también mostraron como ante la
presencia de un objeto desconocido había detección de respuestas evocadas
secundarias. Esto permitió inferir con evidencia también en memoria, la actividad
constante y estructuradora de la conciencia. La relación entre aprendizaje y
vigilia es básica para las grabaciones complejas pero es variable en otros
aspectos, por ejemplo: un recuerdo súbito puede despertar al durmiente, o un
estímulo que automáticamente sería reconocido en vigilia no lo es en
semisueño. Los datos sensoriales bruscos pueden despertar al durmiente, pero
también la desaparición de los estímulos habituales o la distinción de un
estímulo particular entre otros. Estas relaciones variables han hecho pensar en
un posible “analizador” de información ubicado en el ámbito de corteza, para
hacer todas las distinciones del caso. Tal “analizador”, sería un factor de
importancia en la coordinación del psiquismo.
Silo
No hay comentarios:
Publicar un comentario