Franja. Corresponde a lo que habitualmente
reconocemos como sentimientos, estados de ánimo, pasión (con su implicancia
motriz) e intuición. Interviene como el “gusto” o “disgusto” que puede
acompañar una actividad cualquiera.
Órgano. La actividad principal la filiamos en el centro
límbico, que se ubica en el diencéfalo o rinencéfalo y que está compuesto
por: el septum (núcleos septales del hipotálamo), los núcleos anteriores del
tálamo, la circunvolución del hipocampo, la parte anterior del hipocampo
y la amígdala.
Vías aferentes. Transformación. Vías eferentes
a) Vías aferentes: las principales vías aferentes son: la vía olfativa
que se conecta directamente con la amígdala y las fibras sensorias que llegan
al centro límbico a través de la formación reticular. También fibras
provenientes de la corteza, lóbulo frontal y temporal y el hipocampo, llegan a
la amígdala. Del bulbo olfatorio una de sus ramas va también al septum.
b) Transformación: los estímulos aferentes (impulsos) producen
modificaciones quimioeléctricas en el centro límbico que tienen como respuesta
una inmediata modificación viscerosomática, (relación estructural con el
hipotálamo), incluyendo las áreas corticales. La actividad del centro límbico
integra a su vez una expresión estructural emotivo-vegetativo-sexual.
c) Vías eferentes: estas modificaciones se expresan no sólo
internamente a nivel quimioeléctrico y hormonal, sino que también modifican la
actividad conductual del sujeto. Un elemento que expresa claramente esto es
el motriz. Además, desde el centro límbico, se proyectan fibras por el hipotálamo
que son enviadas a los centros autónomos bulbares y a la formación reticular
del tallo cerebral y de aquí por las motoneuronas somáticas, se inervan los
órganos correspondientes como también los músculos.
Síntesis. A la
actividad del centro emotivo se la puede definir como “sintética”. Integrando
no sólo su área específica, con características neurohormonales propias, sino
además elementos de lo vegetativo y del sexo. Su localización y conexión
(tálamo-hipotálamo-formación reticular) nos permite comprender su actividad
difundida aún en casos de características “no emotivas”, y su acción
prolongada más allá del impulso inicialSilo
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