Por aparatos se entiende a las especializaciones
sensoriales y de memoria que trabajan integradamente en la conciencia mediante
impulsos. Estos, a su vez, sufren numerosas transformaciones según el ámbito
psíquico en que actúan.
Los sentidos tienen por función recibir y suministrar
datos a la conciencia y a la memoria, siendo organizados de distinta manera
según necesidades y tendencias del psiquismo.
El aparato de sentidos encuentra su origen en un tacto primitivo
que progresivamente se ha ido especializando. Se puede diferenciar entre
sentidos externos, según detecten información del medio externo, y sentidos
internos, según capten información del interior del cuerpo. De acuerdo a su
tipo de actividad pueden ordenarse como: sentidos químicos (gusto y olfato);
sentidos mecánicos (el tacto propiamente dicho y los sentidos internos de
cenestesia y kinestesia) y los sentidos físicos (oído y vista). En los sentidos
internos, el cenestésico proporciona la información del intracuerpo; hay
quimioceptores, termoceptores, baroceptores y otros; también la detección del
dolor juega un papel importante. El trabajo de los centros es detectado
cenestésicamente, como así también los distintos niveles del trabajo de la conciencia.
En vigilia, la información cenestésica tiene un mínimo de registros por cuanto
es el momento de los sentidos externos y todo el psiquismo está moviéndose en
relación con ese mundo externo. Cuando la vigilia disminuye en su potencial, la
cenestesia aumenta la emisión de impulsos, de los que se tiene un registro
deformado, actuando como materia prima para las traducciones que se harán en
semisueño y sueño. El sentido kinestésico suministra datos del movimiento y de
la postura corporal, del equilibrio y desequilibrio físico.
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