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El aparato de sentidos
encuentra su origen en un tacto primitivo que se ha ido especializando. Los
sentidos químicos (gusto y olfato) trabajan con partículas que producen ciertas
transformaciones químicas y como resultado entregan el dato. El sentido
mecánico (tacto) que funciona por presión y temperatura. Los sentidos internos
de cenestesia y kinestesia, funcionan a veces químicamente y a veces
mecánicamente. Se tiene el registro de lo que sucede en el intracuerpo también
por presión, por temperatura y por transformaciones y reacciones químicas. A
los sentidos del oído y la vista los conocemos como sentidos físicos. El oído
funciona por percusión, la vista va recibiendo físicamente una acción
vibratoria.
En los sentidos internos, el cenestésico proporciona la información
del intracuerpo. Sabemos que hay numerosos organúsculos, numerosos órganos
pequeños del intracuerpo, que toman muestras químicas, muestras térmicas,
muestras de presión. También la detección del dolor juega un papel importante.
Casi todos los sentidos, cuando llegan a un cierto punto de tolerancia nos dan
un registro de dolor. Podría pensarse que hay un aparatito especializado en la
detección del dolor, pero la realidad es que todos los sentidos cuando llegan a
cierto límite de tolerancia nos arrojan sensaciones dolorosas. Estas
sensaciones son las que inmediatamente ponen en marcha una actividad de la
estructura para provocar el rechazo, la eliminación de estas sensaciones
intolerables. Así que la sensación que se capta en algún sentido está inmediatamente
ligada a la actividad del rechazo de lo doloroso. El trabajo de los centros es
detectado cenestésicamente, internamente, como así también los distintos
niveles de trabajo de la conciencia. También se puede experimentar la sensación
de sueño, la sensación de cansancio. La cenestesia es un sentido sumamente
importante y al cual se le ha prestado muy poca atención. El sentido interno,
luego se especializa y se diferencia entre kinestesia y cenestesia. Cuando la
vigilia baja en su nivel de trabajo, cuando baja el nivel de conciencia, este
sentido interno aumenta su emisión de impulsos.
Como los sentidos están trabajando en dinámica y en estructura,
todos ellos están en búsqueda, y están haciendo un barrido y produciendo un fondo
de ruido en la información. Pero cuando una persona duerme y cierra los
párpados, no es que desaparezca absolutamente el contacto con el mundo externo
sino que baja considerablemente el fondo de ruido y al bajar la información del
mundo externo aumenta relativamente la información de los sentidos internos. No
podemos decir con exactitud si es que aumentan los impulsos internos cuando
baja el nivel de conciencia, o es que al bajar el nivel de conciencia baja
también el trabajo de los sentidos externos, pero queda en evidencia el
trabajo de los sentidos internos. Al bajar el nivel de conciencia se
manifiestan los impulsos del mundo interno con mayor intensidad.
Estos sentidos internos no están localizados en la cara, como
casi todos los otros, ni están localizados puntualmente, ni se los puede
dirigir con precisión. Ellos están invadiendo todo y suministrando sus datos
sin ninguna voluntariedad de nuestra parte. Uno puede, por ejemplo, cerrar los
ojos y hacer desaparecer esa percepción que estaba llegando al ojo. Uno puede
dirigir el ojo en una dirección u otra, pero uno no puede hacer lo mismo con
los sentidos internos. Se puede atender mejor a determinadas sensaciones
internas, pero estos aparatos sensoriales internos no tienen esa movilidad y
no se la puede tapar. Así es que tienen un carácter de localización no puntual
por una parte y no tienen movilidad tampoco, no se los puede dirigir como a
los otros sentidos. Dentro de los sentidos internos distinguimos al sentido
kinestésico, del cual decimos que suministra datos de movimientos, de posturas
corporales, de equilibrio y desequilibrio físico.
Así es que acá tenemos esta suma de aparatos en dinámica, que
nos van suministrando datos del mundo externo y del mundo interno. Las huellas
de esta información interna y externa y también las huellas de las operaciones
mismas de la conciencia en sus distintos niveles de trabajo, van a recibirse en
el aparato de memoria.
La estructura psíquica (la conciencia), va a coordinar datos de
los sentidos y grabaciones de memoria.
Como hemos dicho antes, no simplemente llega el dato a un
aparato que lo percibe y que está inactivo, sino que llega el dato a un aparato
que está en movimiento. Este dato que llega al aparato que está en movimiento
configura la percepción. De manera que la sensación es un átomo teórico, pero
en realidad lo que se da es este dato que llega a un sentido que está en
movimiento y que es configurado y estructurado. A esto le llamamos
“percepción” que es la sensación más la actividad del sentido. El registro es
entonces una estructuración que hace el sentido con el dato y no el dato
simplemente.
Silo
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