viernes, 28 de junio de 2013

 Sentidos

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El aparato de sentidos encuentra su origen en un tacto primitivo que se ha ido especializando. Los sentidos químicos (gusto y olfato) trabajan con partículas que producen ciertas transformaciones químicas y como resultado entregan el dato. El sentido mecánico (tacto) que funciona por presión y temperatura. Los sentidos internos de cenestesia y kinestesia, funcionan a veces químicamente y a veces mecánicamente. Se tiene el registro de lo que sucede en el intracuerpo también por presión, por temperatura y por transformaciones y reacciones químicas. A los sentidos del oído y la vista los conocemos como sentidos físicos. El oído funciona por percusión, la vista va recibiendo físicamente una acción vibratoria.
En los sentidos internos, el cenestésico proporciona la infor­ma­ción del intracuerpo. Sabemos que hay numerosos or­ga­nús­culos, numerosos órganos pequeños del intracuerpo, que toman muestras químicas, muestras térmicas, muestras de presión. También la detección del dolor juega un papel importante. Casi todos los sentidos, cuando llegan a un cierto punto de tolerancia nos dan un registro de dolor. Podría pensarse que hay un aparatito especializado en la detección del dolor, pero la realidad es que todos los sentidos cuando llegan a cierto límite de tolerancia nos arrojan sensaciones dolorosas. Estas sensaciones son las que inmediatamente ponen en marcha una actividad de la estructura para provocar el rechazo, la eliminación de estas sensaciones intolerables. Así que la sensación que se capta en algún sentido está inmediatamente ligada a la actividad del rechazo de lo doloroso. El trabajo de los centros es detectado cenestésicamente, internamente, como así también los distintos niveles de trabajo de la conciencia. También se puede experimentar la sensación de sueño, la sensación de cansancio. La cenestesia es un sentido sumamente importante y al cual se le ha prestado muy poca atención. El se­ntido interno, luego se especializa y se diferencia entre ki­nes­tesia y cenestesia. Cuando la vigilia baja en su nivel de trabajo, cuando baja el nivel de conciencia, este sentido interno aumenta su emisión de impulsos.
Como los sentidos están trabajando en dinámica y en estructura, todos ellos están en búsqueda, y están haciendo un barrido y produciendo un fon­do de ruido en la información. Pero cuando una persona duerme y cie­rra los párpados, no es que desaparezca absolutamente el contacto con el mundo externo sino que baja considerablemente el fondo de ruido y al bajar la información del mundo externo aumenta relativamente la información de los sentidos internos. No podemos decir con exactitud si es que aumentan los im­pul­sos internos cuando baja el nivel de conciencia, o es que al bajar el nivel de conciencia baja también el trabajo de los sen­ti­dos externos, pero queda en evidencia el trabajo de los sen­tidos internos. Al bajar el nivel de conciencia se manifiestan los impulsos del mundo interno con mayor intensidad.
Estos sentidos internos no están localizados en la cara, como casi todos los otros, ni están localizados puntualmente, ni se los puede dirigir con precisión. Ellos están invadiendo todo y suministrando sus datos sin ninguna voluntariedad de nuestra parte. Uno puede, por ejemplo, cerrar los ojos y hacer desaparecer esa percepción que estaba llegando al ojo. Uno puede dirigir el ojo en una dirección u otra, pero uno no puede hacer lo mismo con los sentidos internos. Se puede atender mejor a determinadas sensaciones internas, pero es­tos aparatos sensoriales internos no tienen esa movilidad y no se la puede tapar. Así es que tienen un carácter de localización no puntual por una parte y no tie­nen movilidad tampoco, no se los puede dirigir como a los otros sentidos. Dentro de los sentidos internos distinguimos al sentido kinestésico, del cual decimos que suministra datos de movimientos, de posturas corporales, de equilibrio y desequilibrio físico.
Así es que acá tenemos esta suma de aparatos en dinámi­ca, que nos van suministrando datos del mundo externo y del mundo interno. Las huellas de esta información interna y ex­ter­na y también las huellas de las ope­raciones mismas de la conciencia en sus distintos niveles de trabajo, van a recibirse en el aparato de memoria.
La estructura psíquica (la conciencia), va a coordinar datos de los sen­tidos y grabaciones de memoria.

Como hemos dicho antes, no simplemente llega el dato a un aparato que lo percibe y que está inactivo, sino que llega el dato a un aparato que está en movimiento. Este dato que lle­ga al aparato que está en movimiento configura la percep­ción. De manera que la sensación es un átomo teórico, pero en rea­lidad lo que se da es este dato que llega a un sentido que está en movimiento y que es configurado y estruc­tu­rado. A esto le llamamos “percepción” que es la sensación más la ac­tividad del sentido. El registro es entonces una es­truc­tu­ra­ción que hace el sentido con el dato y no el dato simplemente.
Silo

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