Mecánica. Algunas variaciones del medio
interno, son recogidas por un conjunto de receptores nerviosos denominados
“interoceptores”. La información psíquica que proporcionan, normalmente se
registra de un modo distorsionado (deformación y traducción de impulsos). Ahora
bien, estos organúsculos (receptores) están relacionados con puntos de
coordinación vegetativa automática (hipotálamo, tálamo y bulbo raquídeo),
interviniendo básicamente en los ajustes respiratorios, cardiovasculares, de
temperatura e incitando al cuerpo en general a satisfacer sus necesidades
mediante traducciones de “hambre” (diferencia arteriovenosa en la glucosa
sanguínea), “sed” (presión osmótica del plasma) y “dolor”. El dolor visceral
como el somático profundo, inicia la contracción refleja de los músculos
esqueléticos cercanos y estas contracciones a su vez generan dolor, formándose
un círculo vicioso. Por otra parte, frecuentemente la excitación de una víscera
produce dolor, no en ella sino en alguna otra estructura que puede estar a
distancia. Este dolor “referido” tiene numerosas variantes o formas de
irradiación. Las variaciones en la economía del sexo, son también registradas cenestésicamente.
Vía nerviosa y localización. Las fibras nerviosas
sensitivas alcanzan el sistema nervioso central a través de vías simpáticas y
parasimpáticas. La zona cortical de recepción, abarca prácticamente todo el
arquicortex (corteza límbica) y parte del paleocortex, manteniendo conexiones
especializadas con otras áreas. La teoría de la convergencia, trata de explicar
el caso del “dolor referido” antes citado: existe convergencia de fibras
aferentes viscerales y somáticas que actúan sobre las mismas neuronas
espinotalámicas. Por cuanto el dolor somático es más común y ha “grabado” la
citada vía, los impulsos provenientes de áreas viscerales son “proyectados”
sobre áreas somáticas. En síntesis, se tratará de un error de interpretación de
la señal.
Silo
No hay comentarios:
Publicar un comentario