En el terreno de la memoria,
la investigación fisiológica ha tenido avances importantes pero las
experimentaciones no resultan aún totalmente relacionadas entre sí (año 1975). Por esto, no se puede presentar un
panorama satisfactorio para acompañar a las explicaciones psicológicas. Pueden
mencionarse como significativos los resultados obtenidos por la electroencefalografía;
por la aplicación de electrodos en el cerebro; por las observaciones en hipocampo
y por los trabajos de reflexología. Pero la naturaleza misma de la
reminiscencia estable, permanece sin revelarse. Los progresos en el terreno de
la genética son más importantes: descubriendo la participación del dna, en la memoria genética se investiga
actualmente a ciertos aminoácidos básicos que intervienen en el fenómeno. A
grandes rasgos y en el estado actual de las investigaciones, podemos establecer
una clasificación de la memoria: la heredada o genética (por transmisión de
caracteres de la misma especie, de progenitores a descendientes) y la
individual o adquirida. En el primer tipo, además de mantener a los individuos
dentro de la misma especie, el código genético regula los cambios orgánicos de
las distintas etapas vitales de los individuos. La memoria adquirida, por su
parte, va dándose en capas de profundidad desde una más antigua a otra reciente
y a la inmediata, según va pasando el tiempo. Mucho más no puede agregarse,
salvo que su localización cerebral no es precisa.
Franja. La franja de grabación es idéntica a la de los
sentidos (al cambio de tono sensorial, hay información que va a grabación) y a
la de la actividad de la conciencia en sus niveles. Se acepta que todo lo que
llega a conciencia o ésta produce, se memoriza, aunque no todo sea evocable.
Teóricamente, sólo no habría grabación en el caso de sueño profundo pasivo
(sin imágenes) con un mínimo de cenestesia.
Localizaciones nerviosas. Se acepta que no habría
localización precisa, sino difundida por todo el sistema nervioso, en el que se
mencionan niveles “bajos y altos” de ubicación de huellas mnémicas. Por los
primeros se entienden médula y sistema límbico, por los segundos la corteza en
sus áreas de asociación: frontal, temporal, y pario occipital. La estimulación
de áreas temporales permite inferir que no se almacenan allí los recuerdos,
sino que en este lóbulo funcionan “llaves” de liberación de memoria ubicada en
cualquier parte del sn, trabajando
normalmente por semejanza entre recuerdo e impulso sensorio, o corriente de
pensamiento. Por otra parte, las áreas de lenguaje, visión y escritura, harían
grabación específica al par que trabajo específico. Experimentalmente se habría
comprobado la imprescindibilidad de corteza para la memoria y la importancia
del hipocampo para la “grabación”. Se sabe que a los daños de un hemisferio
(del que quedan huellas), el otro va regenerando memoria aunque no
completamente. Así, se supone que la memoria es difusa y difundida por el
encéfalo y tallo cerebral.
Silo
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