Siento que estoy muriendo.
Con la velocidad del relámpago aparecen escenas de
distintos momentos de mi vida. Veo también paisajes completamente nuevos; escucho sonidos y palabras que no están en mis recuerdos. Alcanzo a comprender que estos
paisajes y sonidos son mis propios estados de ánimo: oscuras emociones que me llevan a cámaras grises, a hondos precipicios, a sonidos
graves, a derrumbes lejanos. Y, cuando brilla la esperanza, verdes praderas se
alargan infinitas; los sonidos son himnos y palabras amables.(*)
Allí esta mi cuerpo, alejado y quieto. Pero como es que
veo y escucho y tengo recuerdos e imagino, si estoy separado de los que fueron
mis sentidos, de lo que fuera mi cerebro, mi pulso, mi aire nutritivo? (*)
En esta confusión de espacios y de tiempos, me mantengo cerca del
cuerpo. Asi, cuando veo laberintos oscuros, estoy adentro de él; cuando asciendo a montañas doradas siento a mi cabeza adyacente. Lo alto, lo
bajo, lo profundo; lo que paso y lo que creo pasará, tienen a mi cuerpo por punto medio. Todo lo que me
apega es el recuerdo, ese pasado que como sombra se apega al cuerpo sin ser
cuerpo.
Tal vez por ello, estoy
adherido a los momentos crueles de mi vida; a las frustraciones, a los
resentimientos, a la venganza. Estoy adherido a todo lo que no he podido
resolver, como si se tratara de sólidos objetos que me quitan la luz... Cuando no hay objetos en el medio
la luz da plenamente, pero eso es posible si los recuerdos no tienen frustración, resentimiento, ni venganza en que detenerse. De
otro modo, quedarán allí resolviendo lo que no puede ser resuelto.
Así, la vida es el medio que utiliza la mente para
romper la red de sombras. Agradezco el haber conocido lo único importante: obrar con unidad. Agradezco haber
comprendido que la vida tiene un sentido lejano que no se agota en el absurdo
de si misma. Y agradezco haber ajustado mis acciones con la mirada puesta en
esa dirección.
Compadezco a aquellos que
quedaron atrapados en la red de sombras creyendo que sus pequeñas ilusiones eran la única verdad. Podrá alguien o algo liberarlos?
Pero ahora es el tiempo de
mi liberación y por ello sigo las imágenes que traduce mi guía con estas palabras: “Por el camino interno puedes andar oscurecido o
luminoso. Atiende a las dos vías que se abren ante ti. Si
dejas que tu ser se lance hacia regiones oscuras, tu cuerpo gana la batalla y
el domina. Entonces brotarán sensaciones y apariencias
de espíritus, de fuerzas, de
recuerdos. Por allí se desciende más y más. Allí están el Odio, la Venganza, la Extrañeza, la Posesión, los Celos, el Deseo de Permanecer. Si desciendes mas aun te invadirán la Frustración, el Resentimiento, y todos aquellos ensueños y deseos que han provocado ruina y muerte a la
humanidad.
“Si impulsas a tu ser en dirección luminosa, encontrarás resistencia y fatiga a
cada paso. Esta fatiga del ascenso tiene culpables. Tu vida pesa, tus recuerdos
pesan, tus acciones anteriores impiden el ascenso.
“En los pasos del ascenso se encuentran regiones extrañas de colores puros y de sonidos no-conocidos.
“No huyas de la purificación que actúa como el fuego y que
horroriza con sus fantasmas.
“Rechaza el sobresalto y el descorazonamiento.
“Rechaza el deseo de huir hacia regiones bajas y oscuras.
“Rechaza el apego a los recuerdos.
“Queda en libertad interior con indiferencia hacia el ensueño del paisaje y conserva la resolución hacia el ascenso.
“La luz pura clarea en las cumbres de las altas cadenas montañosas y las aguas de los mil colores bajan entre
melodías irreconocibles hacia
mesetas y praderas cristalinas. (*)
“No temas la presión de la luz que te aleja de
su centro cada vez mas fuertemente. Absórbela como si fuera un líquido o un viento porque en ella, ciertamente, está la vida.(*)
“Cuando en la gran cadena montañosa encuentres la ciudad escondida habrás de conocer la entrada. Pero eso lo sabrás en el momento en que tu vida sea transformada...
Sus enormes murallas están escritas en figuras, están escritas en colores, están “sentidas”. En esta ciudad se guarda lo hecho y lo por hacer.
Pero a tu ojo interno es opaco lo transparente.”
Así habla mi guía. Así me dispongo y todo se hace
transparente y quedo libre de toda atadura.
Estoy reconciliado, estoy
purificado. Voy a la Ciudad de la Luz, esa ciudad jamás percibida por el ojo, nunca escuchada en su canto
por el oído humano.(*)
... Siento que me detengo y
vuelvo a mi cuerpo. Mi corazón late, mis pulmones
funcionan. CAI estoy nuevamente. Aquí estoy como una persona razonable, con los pies bien puestos en la
tierra. Aquí estoy con mis problemas,
mis triunfos y mis derrotas cotidianas.
Pero también advierto que en las fantasías que impulsan a la ciencia, que en los mitos que
movilizan a los pueblos, que en los sueños, en la poesía, en la música y en el amor, los seres humanos vivimos otra
realidad. Otra vida que también actúa en mi, persona razonable con los pies bien puestos
en la tierra; preocupada por los problemas, por los triunfos y las derrotas
cotidianas. Y así, aquellas sensaciones que
alcance a rozar se que obraran, tarde o temprano, convirtiendo el sentido de mi
vida.
(Experiencias Guiadas
de Silo)
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