martes, 14 de mayo de 2013

Experiencia Guiada: La Agonía



Siento que estoy muriendo. Con la velocidad del relámpago aparecen escenas de distintos momentos de mi vida. Veo también paisajes completamente nuevos; escucho sonidos y palabras que no están en mis recuerdos. Alcanzo a comprender que estos paisajes y sonidos son mis propios estados de ánimo: oscuras emociones que me llevan a cámaras grises, a hondos precipicios, a sonidos graves, a derrumbes lejanos. Y, cuando brilla la esperanza, verdes praderas se alargan infinitas; los sonidos son himnos y palabras amables.(*)
Allí esta mi cuerpo, alejado y quieto. Pero como es que veo y escucho y tengo recuerdos e imagino, si estoy separado de los que fueron mis sentidos, de lo que fuera mi cerebro, mi pulso, mi aire nutritivo? (*)
En esta confusión de espacios y de tiempos, me mantengo cerca del cuerpo. Asi, cuando veo laberintos oscuros, estoy adentro de él; cuando asciendo a montañas doradas siento a mi cabeza adyacente. Lo alto, lo bajo, lo profundo; lo que paso y lo que creo pasará, tienen a mi cuerpo por punto medio. Todo lo que me apega es el recuerdo, ese pasado que como sombra se apega al cuerpo sin ser cuerpo.
Tal vez por ello, estoy adherido a los momentos crueles de mi vida; a las frustraciones, a los resentimientos, a la venganza. Estoy adherido a todo lo que no he podido resolver, como si se tratara de sólidos objetos que me quitan la luz... Cuando no hay objetos en el medio la luz da plenamente, pero eso es posible si los recuerdos no tienen frustración, resentimiento, ni venganza en que detenerse. De otro modo, quedarán allí resolviendo lo que no puede ser resuelto.
Así, la vida es el medio que utiliza la mente para romper la red de sombras. Agradezco el haber conocido lo único importante: obrar con unidad. Agradezco haber comprendido que la vida tiene un sentido lejano que no se agota en el absurdo de si misma. Y agradezco haber ajustado mis acciones con la mirada puesta en esa dirección.
Compadezco a aquellos que quedaron atrapados en la red de sombras creyendo que sus pequeñas ilusiones eran la única verdad. Podrá alguien o algo liberarlos?
Pero ahora es el tiempo de mi liberación y por ello sigo las imágenes que traduce mi guía con estas palabras: Por el camino interno puedes andar oscurecido o luminoso. Atiende a las dos vías que se abren ante ti. Si dejas que tu ser se lance hacia regiones oscuras, tu cuerpo gana la batalla y el domina. Entonces brotarán sensaciones y apariencias de espíritus, de fuerzas, de recuerdos. Por allí se desciende más y más. Allí están el Odio, la Venganza, la Extrañeza, la Posesión, los Celos, el Deseo de Permanecer. Si desciendes mas aun te invadirán la Frustración, el Resentimiento, y todos aquellos ensueños y deseos que han provocado ruina y muerte a la humanidad.
 Si impulsas a tu ser en dirección luminosa, encontrarás resistencia y fatiga a cada paso. Esta fatiga del ascenso tiene culpables. Tu vida pesa, tus recuerdos pesan, tus acciones anteriores impiden el ascenso.
 En los pasos del ascenso se encuentran regiones extrañas de colores puros y de sonidos no-conocidos.
 No huyas de la purificación que actúa como el fuego y que horroriza con sus fantasmas.
 Rechaza el sobresalto y el descorazonamiento.
 Rechaza el deseo de huir hacia regiones bajas y oscuras.
 Rechaza el apego a los recuerdos.
 Queda en libertad interior con indiferencia hacia el ensueño del paisaje y conserva la resolución hacia el ascenso.
 La luz pura clarea en las cumbres de las altas cadenas montañosas y las aguas de los mil colores bajan entre melodías irreconocibles hacia mesetas y praderas cristalinas. (*)
 No temas la presión de la luz que te aleja de su centro cada vez mas fuertemente. Absórbela como si fuera un líquido o un viento porque en ella, ciertamente, está la vida.(*)
 Cuando en la gran cadena montañosa encuentres la ciudad escondida habrás de conocer la entrada. Pero eso lo sabrás en el momento en que tu vida sea transformada... Sus enormes murallas están escritas en figuras, están escritas en colores, están sentidas. En esta ciudad se guarda lo hecho y lo por hacer. Pero a tu ojo interno es opaco lo transparente.
Así habla mi guía. Así me dispongo y todo se hace transparente y quedo libre de toda atadura.
Estoy reconciliado, estoy purificado. Voy a la Ciudad de la Luz, esa ciudad jamás percibida por el ojo, nunca escuchada en su canto por el oído humano.(*)
... Siento que me detengo y vuelvo a mi cuerpo. Mi corazón late, mis pulmones funcionan. CAI estoy nuevamente. Aquí estoy como una persona razonable, con los pies bien puestos en la tierra. Aquí estoy con mis problemas, mis triunfos y mis derrotas cotidianas.
Pero también advierto que en las fantasías que impulsan a la ciencia, que en los mitos que movilizan a los pueblos, que en los sueños, en la poesía, en la música y en el amor, los seres humanos vivimos otra realidad. Otra vida que también actúa en mi, persona razonable con los pies bien puestos en la tierra; preocupada por los problemas, por los triunfos y las derrotas cotidianas. Y así, aquellas sensaciones que alcance a rozar se que obraran, tarde o temprano, convirtiendo el sentido de mi vida.
(Experiencias Guiadas de Silo)

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