Estoy solo en mi
pieza. Repentinamente, siento una fuerte presencia de aquella persona que tanto
amé y que
(recientemente) se ha ido (*)
Comienzo a recordar
el mejor momento que tuve con esta
persona (*)
Ella toma
mi mano y salimos por la puerta. El día es agradable.
Recorremos y nos encontramos en un parque aislado. Solos, en un espacio abierto, nos sentamos en un
banco del parque (*)
Frente a frente,
me toma ambas manos y me dice todo lo
que siente por mi ...y me dice también, todo aquello que
me quería decir... Comienzo a
sentir el amor eterno e incondicional de esa persona hacia mi (*)
Por mi parte, le digo
mis propios sentimientos y todo aquello
que siempre le quise decir... (*) (* *)
Esta persona me mira a
los ojos y con la voz más bondadosa que he escuchado, me dice que todo está bien ; que entiende muy bien todas las cosas y
circunstancias que sucedieron. Yo, también, le digo que entendí completamente la
situación y que todo ahora está muy bien conmigo (*)
Pongo mi cabeza en su
hombro y me da un amable y fuerte abrazo (*)
Mi persona querida
luego comienza a caminar lentamente
lejos hacia el prado verde. Entonces, un rayo de la luz brillante comienza a
bajar del cielo y se posa en ella. Así - comienza a ascender -- por el rayo de luz hacia los cielos. Y a medida que continúa ascendiendo, veo su cara apacible lentamente darse
vuelta hacia mí con una sonrisa muy dulce. Oigo su voz decir
que todo está bien, que debo
aprender a reconciliarme, que de ahora en adelante, todo estará muy bien; y que estará conmigo para siempre (*)
Todavía con la fuerte sensación de su presencia, me
paro y comienzo a devolverme.. Solamente que ahora, realmente me doy cuenta de
todo lo que me rodea. El día es hermoso. El sol
está brillando intensamente; el cielo está azul . Comienzo a sentir
la vida alrededor de mí... con mi mirada fija
aún hacia los cielos,
comienzo a sentir una comprensión total sobre la
situación.
Entonces, desde dentro
de mi, comienza a brotar una alegría suave y silenciosa (*)
Continúo recorriendo. Miro hacia el cielo abierto y con el
rostro de mi persona querida aún nítido en mi mente,
comienzo a rescatar los momentos hermosos que tuve con ella.(*)
Paro de caminar por un momento y silenciosamente, doy gracias
dentro de mi por todo lo que esta persona me hizo y me dio. Me doy cuenta ahora que todas sus acciones
son parte de mí, y a través de mí estas acciones no se detendrán (*)
(Godi D Gutierrez,
2001)
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