lunes, 13 de mayo de 2013

Experiencia Guiada: La persona amada (Para recordar al ser querido que ya partió)




Estoy solo en mi pieza. Repentinamente, siento una fuerte presencia de aquella persona que tanto amé y que  (recientemente) se ha ido (*)

Comienzo a recordar el  mejor momento que tuve con esta persona (*)

Ella  toma  mi mano y salimos por la puerta. El día es agradable. Recorremos y nos encontramos en un parque aislado. Solos,  en un espacio abierto, nos sentamos en un banco del parque (*)

Frente a frente, me  toma ambas manos y me dice todo lo que siente por mi ...y me dice también, todo aquello que me  quería decir... Comienzo a sentir el amor eterno e incondicional de esa persona hacia mi (*)

Por mi parte, le digo mis propios sentimientos y  todo aquello que siempre le quise decir... (*) (* *)

Esta persona me mira a los ojos  y con la voz más bondadosa que he escuchado, me dice que todo está bien ; que entiende muy bien todas las cosas y circunstancias que sucedieron. Yo, también, le digo  que entendí completamente la situación y que todo ahora está muy bien conmigo (*)

Pongo mi cabeza en su hombro y me da un amable y fuerte abrazo (*)



Mi persona querida luego  comienza a caminar lentamente lejos hacia el prado verde. Entonces, un rayo de la luz brillante comienza a bajar del cielo y se posa en ella. Así  - comienza a ascender -- por el rayo de  luz hacia los cielos. Y a medida que continúa ascendiendo, veo su cara apacible lentamente darse vuelta hacia mí  con una sonrisa muy dulce. Oigo su voz decir que todo está bien, que debo aprender a reconciliarme, que de ahora en adelante, todo estará muy bien; y que estará conmigo  para siempre (*)

Todavía con la fuerte sensación de su presencia, me paro y comienzo a devolverme.. Solamente que ahora, realmente me doy cuenta de todo lo que me rodea. El día es hermoso. El sol está brillando intensamente; el cielo está azul . Comienzo a sentir  la vida alrededor de mí... con mi mirada fija aún hacia los cielos,  comienzo a sentir una comprensión total sobre la situación.

Entonces, desde dentro de mi, comienza a brotar  una alegría suave y silenciosa (*)

Continúo recorriendo. Miro hacia el cielo abierto y con el rostro de mi persona querida aún nítido en mi mente,  comienzo a rescatar los momentos hermosos que tuve con ella.(*)

Paro de caminar  por un momento y silenciosamente, doy gracias dentro de mi por todo lo que esta persona me hizo y me  dio. Me doy cuenta ahora que todas  sus acciones  son  parte de mí, y a través de mí estas acciones no se detendrán (*)

(Godi D Gutierrez, 2001)









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