Con el
autoconocimiento vamos a estudiar
nuestros aspectos negativos y, también, vamos a descubrir cualidades que deben
ser fortalecidas. Lo uno y lo otro no suele estar muy claro para la mayoría de
las personas, por cuanto estas no han contado con un buen sistema de estudio
sobre ellas mismas.
El autoconocimiento
es un instrumento de primera importancia ya que impulsa en el sentido del
cambio positivo y consciente. Desde
luego, que también acompañan a estos
trabajos no pocas decepciones al ponerse de relieve muchas fallas
consideradas, hasta ese momento, como notables méritos.
No se debe creer que, para
conocerse, uno tenga que sentarse a meditar. Para conocerse, es necesario
estudiarse a sí mismo con referencia a situaciones, en lo posible, de la vida
cotidiana. Por ello, es bueno considerar qué cosas le han sucedido a uno en el
pasado; en qué situación actual vive y qué desea lograr en el futuro. Son
muchas las personas que no podrían responder seriamente si se les preguntara
por estos tres temas: no saben bien qué cosas han influido decisivamente en sus
vidas, no comprenden en qué situación viven, ni tienen en claro qué desean
lograr en el futuro.
Nos ocuparemos de
todas estas cuestiones, siguiendo un original método en el cual la parte más
importante queda a cargo del estudiante. De la completa realización de los
ejercicios que proponemos, dependerá su progreso.
Recomendaciones.
1. El
autoconocimiento está concebido para que no se pase de una lección a la
siguiente, hasta que aquélla no esté perfectamente comprendida y dominada.
2. Dominar cada lección, significa realizar pulcramente los ejercicios propuestos y sacar
consecuencias de lo ejecutado.
3.Estas
consecuencias, deben ser elaboradas en
un cuaderno o libro de notas, consignando cada ejercicio, cada descubrimiento
realizado y cada propósito que se determine para modificar los aspectos que se
consideren negativos.
4.
En el cuaderno de notas, se
llevará el autoexamen lección por lección, y ello permitirá tener la secuencia
del progreso que se realiza. Por otra parte, los resultados de una lección,
luego se trabajan en cotejo con los de otra y por último, a los efectos de la
revisión final, se trabaja combinando diversos resultados particulares.
5. Se ha de trabajar siempre con otras personas,
ya que son muchos los ejercicios que requieren del punto de vista de otros
partícipes.
LECCION 1
Análisis de situación.
Tensiones y climas.
Pregúntese: "¿En
qué situación vivo?" Hágalo, pero ordenadamente. Describa con claridad su
situación en función de: edad, sexo, trabajo, hogar, salud y amistades. En
todos esos casos, aclare las tensiones más desagradables que sufre.
Considere ahora, en
qué "climas" mentales vive. Entienda por "climas", las
sensaciones más globales y, a veces, más irracionales que sufre: clima de
desamparo, de violencia, soledad, injusticia, opresión, inseguridad, etcétera.
Avance un paso más.
Si ha descripto con claridad, su situación actual en función de edad, sexo,
trabajo, etcétera y ha descubierto en cada caso, las tensiones que operan, haga
otro tanto con los climas.
Discuta todo lo
anterior con los otros partícipes y dispóngase a realizar el siguiente
ejercicio:
Ejercicio 1.
Abra varios renglones
en su cuaderno, consignando sucesivamente, las situaciones vitales y al lado de
cada una de ellas, haga consideraciones muy breves y precisas. Una vez
completado el cuadro, sintetice.
Damos a continuación un ejemplo
totalmente arbitrario.
Edad: 50 años.
Irritación al comprender la pérdida gradual de energía. Temor de perder el
actual trabajo. Desolación frente al futuro. Reconciliación por la experiencia
ganada. Frustración por haber desaprovechado
numerosas oportunidades, etcétera.
Sexo: Femenino.
Comprensión desapasionada del matrimonio. Tensión por lograr que los hijos
hagan lo que no pude hacer. Clima de necesidad de apoyo indefinido, tal vez en
mi marido, etcétera.
Trabajo: Bien remunerado.
Temor a ser desplazada por los subalternos. Violencia por la falta de
consideración a mis méritos. Clima indefinido de "paredes que se
cierran", etcétera.
Hogar: Casa sin
intimidad por las amistades de mis hijos y marido. Necesidad de vivir más
alejada del centro urbano. Clima de asfixia que se justifica por el problema
del smog. Horror a la contaminación y a la suciedad, etcétera.
Salud: Soy la más
fuerte de la familia, eso me crea tensión por tener mayores responsabilidades
con el conjunto. Inconcebible sentimiento de culpa por la fragilidad de los
demás. Temor a una enfermedad fatal y difuso sentimiento del apoyo que
recibiría en caso de enfermedad. Ambivalencia, etcétera.
Amistades: Pocas,
salvo las de los otros miembros de la familia que encuentro criticables.
Reuniones formales con miembros de la empresa. Participación fría con algunos
conocidos en ciertos servicios religiosos (matrimonios y defunciones). Rechazo
por las reuniones de cumpleaños o año nuevo. Clima de nostalgia por las amistades
perdidas de mi juventud, etcétera.
Síntesis: Irritación
conmigo misma por no haber hecho otro tipo de vida. Tensiones por falta de
reconocimiento hacia mi persona. Climas de temor al futuro, soledad, encierro.
Desesperación y confusión de sentimientos frente a una enfermedad fatal.
Conformidad por la experiencia ganada y por algunos logros. Quisiera superar el
resentimiento hacia muchas cosas y personas del pasado. También necesito
disipar el temor al futuro que es cada día mayor, etcétera.
Realizado el
ejercicio, con sus anotaciones reales, saque consecuencias de tal situación y
formule propósitos útiles. Observe que no es luchando contra los factores
negativos, sino ampliando los positivos que descubre la mejor forma de hacer
evolucionar su situación.
L. A. AMMANN
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