viernes, 31 de mayo de 2013

LECCION 3 Las direcciones autotransferenciales.




I. Estructura general del sistema autotransferencial.
Oportunamente, consideramos las diferencias entre transferencias y autotransferencias.
           
            También vimos los principales indicadores de resistencia, que en principio eran válidos para los dos sistemas. Sin embargo, en el caso de la autotransferencia se podrían observar resistencias en los problemas de armado escénico, en el inadecuado encaje entre imágenes y climas, y en los defectos de conversión en la dirección propuesta por el interés inicial.

Estudiamos la fijación del interés y la adecuación del ámbito como condiciones básicas de la autotransferencia.

                        También pasamos revista a los temas principales (guía interno, límite, caminos, recintos, paisajes, personajes, la ciudad escondida, el centro de poder y Ella o El).

                        Consideramos a los argumentos referidos a los tres tiempos de conciencia, ubicando a los conflictos biográficos en los recintos bajos, a los actuales en el plano medio, y a las aspiraciones e ideales a alcanzar en los altos niveles.

Debemos agregar ahora, que también los conflictos internos que se producen con relación al futuro (temor a la des posesión, a la soledad, a la enfermedad, a la muerte) deben emplazarse en los altos niveles, estructurando los argumentos de acuerdo con el modo en que el operador imagine su conflicto.

                        Se han de organizar las escenas de manera que el o los argumentos puedan convertirse positivamente de acuerdo con el interés fijado. En tal sentido, no se habrá de penetrar en la ciudad escondida, si previamente no se ha transformado el argumento conflictivo; o bien, se accederá a recintos muy periféricos de dicha ciudad en los que se tenga oportunidad de operar las conversiones del caso.

                        Por otra parte, diferenciamos la entrada del desarrollo e, incidentalmente, hablamos de la salida como reencuentro con los pasos iniciales, pero con el clima final de experiencia positiva.
           
            Por último, distinguimos diferentes tipos de desarrollo autotransferencial, correspondientes  a las  actividades que una persona desarrolle en el mundo, por el correlato de las representaciones que las acompañan. Citamos como tipos de autotransferencias empíricas los casos del sueño, el ensueño y las producciones artísticas y religiosas.

                        A todo el trabajo autotransferencial lo vimos como una profundización en la conversión de sentido respecto de una situación general en que vive el sujeto, y comprendimos a dicha profundización como posible gracias a la fijeza de temas y argumentos.

                        Está claro que si la dirección de los proceso catárticos y transferenciales se orienta hacia las resistencias que  se encuentran, a fin de ir superándolas, en el caso de la autotransferencia la dirección está dada por el interés de la conversión a lograr y por el perfeccionamiento de temas y argumentos en el armado escénico.

II. Algunas disgresiones sobre los estados alterados de conciencia.
            Anteriormente vimos que a medida que disminuía el nivel de conciencia se bloqueaban los mecanismos de reversibilidad, pero también se consideró el caso en que, manteniendo un determinado nivel, se parcializara el trabajo de dichos mecanismos. Existen fenómenos que podemos agrupar bajo la designación de "estados alterados de conciencia",  tales como la hipnosis y, en general, los de conciencia emocionada, además de otros netamente patológicos.

            La designación "estados alterados" es equívoca, porque si en algunos casos se refiere a fenómenos que, superando el control del yo, impulsan las actividades del sujeto fuera de sí (emoción violenta, por ejemplo), en otros casos la parcialización de la reversibilidad lleva las actividades del sujeto hacia dentro de sí (ensimismamiento, por ejemplo).

            Otro tanto puede ocurrir con el enamoramiento, la   inspiración artística o el éxtasis místico. Pero,  ¿por  qué nos resistimos a relacionar al enamoramiento o a la inspiración artística con la alteración de la conciencia? Seguramente, porque el concepto de "alteración" está asociado con la idea de lo anormal y, en alguna medida, de lo enfermizo.

No nos parece razonable encuadrar a los fenómenos últimamente citados en el campo de lo alterado, ya que se nos aparecen como positivos, integradores y francamente superiores. Nos parece que estuvieran a favor de la economía síquica y no en desmedro de ella.

¿Cómo podríamos ubicar entonces a fenómenos que trascienden la mecánica del yo sicológico, tales como los de fusión con el sí-mismo, propios de los contactos con el centro de poder? Desde el punto de vista de la reversibilidad pueden aparecer como fenómenos de alteración, pero desde el punto de vista del interés del operador, la entrega de la mecánica habitual del yo a favor del sí-mismo aparece como un acto querido, de algún modo dirigido, y que tiene como resultado final una enorme positivización de la economía síquica.

            Esos particulares estados "alterados" pueden, con justicia, ser considerados como fenómenos superiores de conciencia. Desde luego que distinguimos entre el éxtasis artístico o religioso, el arrebato y el reconocimiento superior.

            Los fenómenos de éxtasis suelen tener concomitancias motrices que llevan automáticamente a ciertas posturas (caso de "mudras" espontáneos) o a cierta agitación ambulatoria, lo que los aproxima externamente a los fenómenos histero-epilépticos o de síntomas motores propios de los estados crepusculares de conciencia. El trance frenético típico  de algunas religiones primitivas, o algunas expresiones menores como la "escritura automática" de las sesiones espíritas, tienen ciertas similitudes con casos patológicos pero parece un exceso asimilarlos completamente a ellos.

El arrebato, en cambio, tiene preponderante actividad emotiva, lo que hace aproximarlo al fenómeno de enamoramiento, sin que podamos confundir a uno con otro.

El reconocimiento es la experiencia superior capaz de modificar el sentido de la propia vida y la perspectiva sobre la realidad. Es el fenómeno de conversión por excelencia. Resulta más que excesivo ligar el "samadhi" o el "nirvana" búdico, al autismo esquizofrénico o a ciertas crisis de delirio místico.

Las anteriores disgresiones han sido necesarias porque, si bien nos alejaron del hilo de nuestra exposición, vinieron a aventar ciertos prejuicios que de algún modo se encuentran implantados en el hombre occidental, tan trabajado por la prédica de ciertas corrientes sicológicas para nada coherentes en la justificación de sus esquemas.

III. Los planos medio y alto en el trabajo autotransferencial.
1º - La dirección del proceso autotransferencial por el camino del medio lleva al operador por un paisaje más o menos habitual, actualizando datos de su memoria reciente. Al final del camino, se encuentra la ciudad en la que se desarrollan las actividades cotidianas. Allí pueden visualizarse los recintos que servirán para emplazar las escenas del caso.

            Como de costumbre, el interés de conversión de sentido deberá estar muy bien definido.

            Los argumentos serán los que coincidan con la situación que se quiere modificar y los temas podrán ser más o menos alegorizados de acuerdo con cada caso y según disposición del operador.

            Por supuesto que  debe lograrse un encaje adecuado entre imágenes y climas, para que, posteriormente, los climas negativos puedan transferirse de unos temas a otros hasta ir logrando la modificación del argumento en favor del interés propuesto.
            El estudio de resistencias, particularmente las referidas a defectos en el armado escénico o en el encaje entre imágenes y climas, permitirá al operador ir perfeccionando su trabajo y profundizando su proceso autotransferencial.

            Aquí debemos considerar lo dicho anteriormente. No es el caso de acometer la solución de problemas con técnicas autotransferenciales, cuando existan otras menores que pueden dar buenos resultados.

            La preparación se hará cumpliendo con las condiciones ya conocidas. Inmediatamente se efectuará el llamado al guía; se desarrollará el proceso y, finalmente, se operará la salida reencontrándose con los pasos iniciales pero en un clima positivo y de unidad interna. Luego se estudiará lo efectuado para mejorar las técnicas en posteriores trabajos.

2º - La dirección del proceso por el camino ascendente lleva al operador por un paisaje que va perdiendo familiaridad a medida que se avanza hasta llegar, por último, a la ciudad escondida.

            En el interior de la ciudad se encuentran las aspiraciones movilizadoras del operador; por cierto son sus ensueños más arraigados, entre los que se destaca el núcleo.

Si el interés del operador fuera la modificación de una determinada aspiración, o de un determinado ensueño, deberá comenzar por definirlo correctamente incluyéndose en el argumento y cumpliendo en él sus deseos, para luego comenzar a  desplazar el argumento a favor del interés propuesto. Es importante que el operador cumpla sus deseos en el argumento inicial. Para ello no solamente deberá obtener una buena visualización escénica sino que habrá de producir el encaje climático correspondiente. Sin ello no podrá transferir las cargas en la dirección propuesta por el interés.

            Es evidente que, como en cualquier otro trabajo autotransferencial, a medida que se repiten los trabajos se puede perfeccionar y profundizar el armado escénico y el encaje.

Un problema que aparece frecuentemente es el de los conflictos que acarrea la visión del propio futuro. Los temores a situaciones futuras son los que deben ser trabajados previamente. En ese sentido, antes de entrar en la ciudad que guarda las propias aspiraciones, parece recomendable despojarse de los temores comentados, trabajándolos en recintos previos con las argumentaciones del caso. Esa suerte de "purificación" de la entrada a la ciudad es de gran ayuda, ya que permite cierta libertad interior en el trabajo que tiende a la modificación de determinados ensueños o aspiraciones que, como  sabemos, responden a compensaciones en que vive el sujeto.

            Se trabaja previamente con los temores al futuro, para que las aspiraciones o ensueños compensatorios destaquen sus motivaciones y no se conviertan en nudos de resistencia difíciles de manejar.
           
Nos permitimos transcribir una secuencia que puede servir de ejemplo para los procesos autotransferenciales de ascenso.[1]

            "Por el camino interno puedes andar oscurecido o luminoso. Atiende a las dos vías que se abren ante ti.
           
"Si dejas que tu ser se lance hacia regiones oscuras, tu cuerpo gana la batalla y él domina. Entonces, brotarán sensaciones y apariencias de espíritus, de fuerzas, de recuerdos. Por allá se desciende más y más. Allí están el odio, la venganza, la extrañeza, la posesión, los celos, el deseo de permanecer. Si desciendes más aún, te invadirán la frustración, el resentimiento y todos aquellos ensueños y deseos que han provocado ruina y muerte a la humanidad.
           
"Si impulsas a tu ser en dirección luminosa, encontrarás resistencia y fatiga a cada paso. Esta fatiga del ascenso tiene culpables. Tu vida pesa, tu recuerdos pesan, tus acciones anteriores impiden el ascenso. Esta escalada es difícil por acción de tu cuerpo que tiende a dominar.

"En los pasos del ascenso se encuentran regiones extrañas de colores puros y de sonidos no conocidos.

"No huyas de la purificación que actúa como el fuego y que horroriza con sus fantasmas.

            "Rechaza el sobresalto y el descorazonamiento.
           
"Rechaza el deseo de huir hacia regiones bajas y oscuras.
           
"Rechaza el apego a los recuerdos.

"Queda en libertad interior con indiferencia hacia el ensueño del paisaje, con resolución en el ascenso.

"La luz pura clarea en las cumbres de las altas cadenas montañosas y las aguas de los-mil-colores bajan entre melodías irreconocibles hacia mesetas y praderas cristalinas.

            "No temas la presión de la luz que te aleja de su centro cada vez más fuertemente. Absórbela como si fuera un líquido o un viento porque en ella, ciertamente, está la vida.
           
"Cuando en la gran cadena montañosa encuentres la ciudad escondida, debes conocer la entrada. Pero esto lo sabrás en el momento en que tu vida sea transformada. Sus enormes murallas están escritas en figuras, están escritas en colores, están ‘sentidas’. En esa ciudad se guarda lo hecho y lo por hacer... Pero a tu ojo interno es opaco lo transparente. Sí, ¡los muros te son impenetrables!

"Toma la Fuerza de la ciudad escondida. Vuelve al mundo de la vida densa con tu frente y tus manos luminosas".
Ejercicios de proceso autotransferencial (plano medio y ascenso).
1º - Fijar el interés respecto de un conflicto actual que se desea superar. Efectuar la entrada, el desarrollo y la salida. Tomar nota de las resistencias y particularmente de las dificultades en el armado escénico y en el encaje. Discutir las técnicas con otras personas. Repetir en días siguientes.

            2º - Fijar el interés respecto de un ensueño que da una dirección no deseable para la propia vida. Precisar en el interés qué cambio se desea producir. Luego, efectuar la entrada, el desarrollo y la salida. Tomar nota de las resistencias. Discutir las técnicas con otras personas. Repetir en días siguientes.

3º - Fijar el interés respecto de temores futuros. Precisar en el interés qué cambios se desea operar. Luego, efectuar la entrada, el desarrollo y la salida. Tomar nota de las resistencias. Discutir con otros. Repetir.

            Será conveniente trabajar un solo argumento por ejercicio.



L. A. AMMANN


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