En relajación se
trabajó convirtiendo imágenes cotidianas tensas e imágenes biográficas. Fue una
tarea adecuada para aquel nivel. De un modo limitado, allí estaba planteado el
trabajo transferencial en el sentido de disociar climas negativos referidos a
ciertas imágenes, tratando ulteriormente de positivizar las emociones.
Cuando hablamos de
transferencia de climas, nos estamos refiriendo a una forma particular de
trabajo que es necesario acometer siempre que en un sujeto no se pueda disociar
una imagen de un clima, ni se pueda transferir esa carga a otros contenidos, ni
se la pueda positivizar, por cuanto existe solamente el clima pero sin
referencia a temas o argumentos visualizables.
Si un sujeto
experimenta un clima negativo ligado a temas biográficos, cotidianos o aún
imaginarios, la transferencia de imágenes rendirá sus mejores frutos ya que,
teniendo imágenes por base, será relativamente fácil de conducir el traslado de
cargas. Pero, ¿qué sucede cuando alguien experimenta un clima de depresión, o
temor, o inseguridad, o angustia en general? ¿Qué pasa cuando no hay una fobia
referida a objetos precisos; una imagen obsesiva definida; una compulsión hacia
objetos o hechos ciertos, sino una desazón profunda, general y difusa?
Respondemos a esas
preguntas diciendo que estamos en presencia de climas sin imágenes visuales (ya
que sin duda operan imágenes cenestésicas, kinestésicas y de diferentes
sentidos externos), y que estamos en condiciones de transferir, modificar e
integrar, únicamente si logramos asociarlos con imágenes previas. Esa es la
tarea que se emprende en la transferencia de climas.
Requisitos.
Si fuera el caso de
un sujeto que experimenta un clima pesado (no ocasional), negativo y difuso,
antes de proceder con las sesiones transferenciales, será importante saber si
existen fallas orgánicas que puedan afectarlo de un modo general (por ejemplo:
fallas glandulares, circulatorias, etcétera.). Son muchos los casos en los que
la falla que produce tales climas es netamente física y, de ningún modo,
síquica. El tratamiento médico, al corregir el problema, puede solucionar la
dificultad.
Los problemas físicos
producen impulsos difusos como los mencionados más arriba y también imágenes
que, en las transferencias normales, aparecen repitiéndose deformadamente, pero
en "lugares" idénticos del espacio de representación.
Si bien la dificultad
física no puede corregirse por medios transferenciales, el sujeto puede llegar
a redimensionar el problema, a enfocarlo de un modo nuevo y, por último, a
integrarlo, si es que no hubiera solución médica para su situación.
Es, pues, un
requisito importante (ya mencionado anteriormente), que el sujeto sometido a la
presión de esos climas difusos determinantes, apele al examen médico.
Otro requisito consiste
en que trate de encontrar su origen en el tiempo (para lo cual podrá recurrir a
su material autobiográfico, producido anteriormente). Detectado el comienzo del
problema, el guía podrá orientarse mejor en el proceso .
Por último, es
requisito saber si el sujeto no puede asociar esos climas a imágenes visuales
en razón de que no trabaja con ellas. En tal caso, se podrá apelar a la
transferencia de climas, pero el sujeto hará por su cuenta las prácticas
recomendadas en su momento para corregir el defecto.
Tratamiento de los
climas sin imágenes visuales.
Paso 1º Preparación.
Del mismo modo que en la transferencia de imágenes.
Paso 2º Entrada. Del
mismo modo que en la transferencia de imágenes, sólo que buscando el clima que
se desea adherir. A continuación se pedirá al sujeto que busque situaciones
biográficas o ficticias en las que el clima "encaje" adecuadamente y
sin sensación de artificiosidad. Luego, el sujeto tratará de
"encajar" el clima en otras imágenes, buscando siempre la ligazón
óptima.
Toda la sesión podría
estar ocupada con ese trabajo, sin lograrse buenos resultados. En tal caso, se
realizará en sesiones siguientes nuevamente la preparación y la entrada, hasta
que se encuentre un buen "encaje". Independientemente del número de
sesiones invertidas en el "encaje", una vez logrado se pedirá al
sujeto que perfeccione las imágenes hasta que el clima cobre toda su fuerza
sugestiva.
No se seguirá
adelante hasta tanto el clima quede fuertemente adherido a temas y argumentos
precisos. La etapa de asociación del clima a las imágenes estará completada
cuando el sujeto al concentrarse en la escena obtenga registros
"verdaderos" del clima en cuestión.
A menudo, en el
intento repetido de adecuar imágenes al clima difuso, el sujeto recuerda la
escena que realmente marcó el comienzo del problema. En tales casos, se trabaja
siguiendo los pasos de la transferencia de imágenes.
Logrados el
"encaje" y la fuerte asociación, ya se puede continuar con los
siguientes pasos, que son los mismos de la transferencia de imágenes.
Observaciones.
A fuerza de trabajar con un clima y
de reforzar su registro, el sujeto puede desencadenar una abreacción catártica
que baje el potencial necesario para la asociación con una imagen dada. Se
dejará, de todas maneras, que se produzca la descarga con plenitud suspendiendo posteriormente la sesión. Está
claro que se habrá ganado en el alivio de tensiones, pero será necesario sacar
consecuencias de tal hecho, en diálogo con el sujeto.
Es importante para el guía obtener
algunos datos biográficos del sujeto y, en lo posible, material de ensueños,
sueños y alegorizaciones, para que la orientación sea más fácil.
A veces, el clima
difuso está confundido con tensiones permanentes, diferentes a las que dan
origen al mismo, pero que impiden que el sujeto entre en el nivel de semisueño
activo necesario. Considerando tal posibilidad, puede intentarse un sondeo
catártico de realimentación. Puede ocurrir, por ejemplo que producida una
catarsis, el clima cese de operar o se manifieste con las imágenes
correspondientes que, habitualmente, se encontraban amortiguadas por el sistema
de tensiones permanentes.
Ejercicio de
transferencia de climas.
Se efectuará una práctica pedagógica
en la que alguno de los presentes pueda disponer de un clima difuso, aún cuando
no sea de gran importancia, a los efectos de trabajar en el "encaje"
y asociación a imágenes.
El trabajo posterior
entre dos personas estará dependiendo de que se presente el caso en que exista
un clima negativo decisivo, sin imágenes. De manera que no se procederá
artificialmente con sujetos cuyos climas estén referidos a imágenes definidas.
Ejercicio de
transferencia negativa.
Un trabajo muy útil
que pueden realizar los interesados, es el de asociar un clima inhibitorio a la
imagen de un hábito nocivo (uso de tabaco, alcohol, etcétera.).
Primeramente el guía
procederá hasta que el sujeto logre una buena imagen de sí mismo, realizando el
acto habitual nocivo. Inmediatamente se evocará una imagen que produzca un
clima inhibitorio (por ejemplo, algo repugnante), haciéndola entrar en la
primera escena. Se cuidará que las imágenes que ahora configuran esa escena
compleja, se relacionen del modo más estrecho posible.
Se trabajará
posteriormente en producir el traslado y "encaje" del clima
inhibitorio en la imagen del hábito nocivo. Será necesario repetir varias
sesiones, hasta que al evocar la imagen del hábito nocivo surja fuertemente
asociado a él, el clima inhibitorio.
Para acelerar el
proceso de "encaje" y asociación, el sujeto podrá repetir por su
cuenta y varias veces al día, todo el trabajo, hasta la próxima sesión. Si se
actúa con ese sistema de refuerzo, bastará con dos o tres sesiones solamente
para obtener la transferencia negativa.
Si al evocar el
hábito en cuestión, el sujeto experimenta el fuerte clima inhibitorio, entonces
el guía le solicitará el abandono definitivo del hábito a partir de ese
momento.
Esa técnica obtendrá
excelentes resultados, siempre que: 1º el sujeto tenga buenas y claras razones
para intentar el abandono del hábito; 2º desee verdaderamente desembarazarse de
él como asunto de importancia vital; 3º la propuesta sea definitiva. O sea, no
de abandono gradual, escalonado, o con plazo tentativo.
Será conveniente, en las sesiones de
transferencia negativa, respetar los pasos 1 y 2 de toda transferencia
profunda.
L. A. AMMANN
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