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En otros capítulos, hemos visto el
funcionamiento de los centros de respuesta y la función de la imagen como
movilizadora de actividades.
Organizaremos, ahora,
los siguientes esquemas:
El esquema I muestra
un sistema simple, en donde los estímulos llegan a la conciencia y ésta actúa
dando respuesta.
El esquema II ya
considera que los estímulos pueden ser externos al cuerpo y también internos.
Los estímulos son recibidos por los sentidos como sensaciones y llevados a la
conciencia como percepciones (es decir, como sensaciones estructuradas).
Conciencia actúa y lo hace con imágenes que llevan energía a los centros,
produciéndose las respuestas externas o internas según sean los casos.
El esquema III es más
completo. En él ya se ha distinguido entre dos sistemas de sentidos: los
externos (vista, oído, olfato, gusto y tacto) y los internos (cenestesia:
dolor, temperatura, tensión muscular, etc; y kinestesia: posición y movimientos
del cuerpo).
Los estímulos
provenientes de los medios externos e internos llegan a la conciencia como
percepciones, grabándose simultáneamente en memoria. A su vez, memoria lleva
estímulos a conciencia (recuerdos). Conciencia suministra imágenes que actúan
sobre los centros, dando éstos respuestas externas (motrices), o internas
(vegetativas).
Cada respuesta que da
un centro es detectada por sentidos internos y conciencia. Gracias a ello tiene
noción de las operaciones que se efectúan (realimentación de la respuesta),
quedando, además, grabadas en memoria. Esto último, es la base del aprendizaje,
que se perfecciona a medida que se repiten operaciones.
Si por alguna
circunstancia se bloquean impulsos que deberían llegar de los sentidos, o de la
respuesta de los centros, o de la memoria, en conciencia se producen perturbaciones.
También ocurren éstas, si los impulsos que llegan a conciencia son excesivos.
Todos los impulsos
que recorren el circuito pueden trabajar a intensidad variable: a veces normal
(entre umbrales); a veces con energía muy débil (bajo umbral); a veces excesiva
(sobreumbral de tolerancia); a veces nula (bloqueo). Cuando los impulsos
provenientes de conciencia llegan a un centro y en éste se bloquea la respuesta
sobrecargándose de energía, las cargas se desplazan a otros centros,
produciéndose respuestas equivocadas (por ejemplo: respuestas motrices que
quedan inhibidas sobrecargan al centro vegetativo que da respuestas internas
inadecuadas, creando disfunciones orgánicas o somatizaciones. Otro tanto puede
ocurrir si se bloquean determinadas respuestas emotivas que deberían terminar
expresándose motrizmente).
La función que cumple la catarsis es la de posibilitar
desbloqueos y, con ello, disminuir las sobrecargas que ponen en peligro al
circuito.
Cuando se trabajó en
gimnasia sicofísica pudo comprobarse que, en ocasiones, un centro actúa en
sustitución de otro, así como una parte lo hace en reemplazo de la adecuada.
Allí también se constató que la ejercitación de los centros, en distintas
personas, era desigual. Mediante los ejercicios conocidos, se trató de poner en
actividad centros y partes con dificultades en su funcionamiento.
La gimnasia
sicofísica sirvió para la detección de problemas de respuesta y para el
reencauzamiento de la energía, hacia los puntos de descarga adecuados. En éste
último caso, la función catártica de tales trabajos resultó evidente.
Ahora debemos
preguntarnos: ¿qué pasa cuando los impulsos se bloquean antes de llegar a los
centros? Está claro que en tales casos debemos actuar a nivel de sentidos
internos (caso de anestesias intracorporales, o pérdida de la noción de zonas
del cuerpo), o a nivel de formación de imágenes (caso de ausencia, sustitución,
o mal emplazamiento en el espacio de representación de la conciencia). Todos
esos casos serán tratados en las lecciones correspondientes a transferencia.
Se ha trabajado
también en relajación procurando diminuir cargas que, convertidas en
sensaciones internas, dan lugar a nuevos impulsos perjudiciales para el buen
funcionamiento del circuito. Pero está claro que ciertas fuentes de tensión
están alejadas de los puntos en donde éstas actúan. Así, un contenido de
memoria puede manifestarse como imagen obsesiva que eleva la tensión emotiva y
motriz. En tal caso, la relajación actúa disminuyendo las cargas en ciertos
puntos corporales y, además, desplazando la atención desde las imágenes
perturbadoras hacia las imágenes controlables... De todas maneras, las cargas
desplazadas exigen una apertura catártica.
Catarsis profunda.
La catarsis como técnica será
recomendable en casos de intranquilidad general, ansiedad, incomunicación y
bloqueo de cualquier tipo.
A veces bastará con
aplicar un sondeo catártico, pero en ocasiones será necesario llegar a una
catarsis profunda.
Antes de entrar en
tema, debemos recordar que hay numerosas formas de catarsis empíricas: reír,
llorar, correr, gritar, y efectuar cualquier tipo de actividades que descarguen
tensiones, registrándose como consecuencia sensaciones de alivio. Sin embargo,
es de nuestro interés manejar técnicas precisas (de sondeo o de catarsis
profunda), que lleven directamente a los problemas, sean éstos actuales,
biográficos, o hasta imaginarios. Allí donde existan esos "nudos",
será necesario llegar hasta ellos y liberar sus cargas del modo más simple y
rápido posible.
En esta lección se
trabajará con los siguientes pasos:
1. Examen interno. 2.
Relax. 3. Desarrollo de la catarsis. 4. Descarga. 5. Síntesis.
Paso 1: Se pide al sujeto que se examine internamente,
tratando de encontrar aquellos problemas que más le costaría comunicar. Luego
de esta propuesta se deja al sujeto, en lo posible, a solas durante unos pocos
minutos.
Paso 2: El guía
se coloca al lado del sujeto, sugiriéndole que efectúe un buen relax
muscular externo.
Paso 3: El guía pone en
práctica todas las técnicas del sondeo catártico, hasta llegar al
momento en que él va quedando en silencio y el sujeto comienza a explayarse
libremente.
Paso 4: El
sujeto logra exteriorizar aquellos
problemas que en el examen interno creyó imposible comunicar.
Paso 5: Guía y sujeto
sintetizan lo ocurrido, dando coherencia a todo el proceso.
Recomendaciones.
1. Conviene que el
lugar de trabajo sea silencioso y esté
ambientado a media luz. Es importante que no haya posibilidad de irrupciones de
otras personas.
2. Los partícipes deberán sentarse uno al lado del otro de manera que
el sujeto no experimente la sensación de ser observado por el guía.
3. El guía cuidará que sus expresiones sean pulcras y amables,
procurando una comunicación afectuosa. En ningún caso el guía reprobará o
juzgará al sujeto.
4. El guía nunca mencionará el
nombre del sujeto.
5. El guía tomará nota de los
indicadores que se vayan presentando.
Observaciones.
Una de las primeras dificultades que
se presentan con los sujetos fuertemente bloqueados, es el argumento de que
"no tienen problemas que no puedan expresar". Esto a veces es falso
hasta para el mismo sujeto. En tal caso, se podrá ir avanzando en varias
sesiones a medida que aumenta la confianza entre ambos partícipes. También
corresponde esa argumentación a una falta de fe en el éxito de la técnica o en
la pericia del guía. Está claro que, cuando más intenso sea el problema de
comunicación del sujeto, más severo será en su juicio con respecto al guía y
mayor su racionalización.
En muchos casos, el
sujeto piensa que es mayor el riesgo que el resultado. En rigor no existe
riesgo alguno, pero sin duda que la catarsis compromete la imagen de sí del
sujeto o bien la imagen que manifiesta a los demás.
También puede suceder
que el sujeto, efectivamente, no comprenda sus problemas de fondo, por el mismo
sistema de tensiones que bloquean a sus contenidos. En tal caso, los problemas
mayores suelen ser desplazados hacia dificultades de poca importancia.
Otra limitación en
algunos sujetos es el uso que hacen de interpretaciones previas al trabajo
catártico, mediante las cuales racionalizan los problemas según esquemas
teóricos.
Los inconvenientes mencionados serán
salvados por el guía si éste esclarece al sujeto, evitando en todo momento la
discusión. Precisamente, estas observaciones que exponemos pueden ser
comentadas libremente al sujeto antes de iniciar el trabajo.
En el examen interno,
el sujeto procurará fijar muy bien todos los problemas que le parezcan
imposible o muy difíciles de expresar al guía, pero también tendrá en cuenta
aquellos que dificultan su comunicación con otras personas.
Con el estado de
relax externo se pretende que cada dificultad que surja en el sujeto sea
detectada por él mismo al elevarse la tensión muscular. También, esto servirá
como indicador para el guía. Por último, tendrá utilidad para disminuir los
impulsos secundarios que puedan realimentar al circuito, contribuyendo al
bloqueo.
En el desarrollo, el
guía no pide al sujeto que comunique los problemas detectados en el examen
interno, sino que se aboca a las técnicas del sondeo catártico. Pero sucede
que, a medida que avanza el proceso, el sujeto se va orientando hacia los
problemas fijados previamente en el examen. También ocurre, a veces, que el
sujeto descubre en el desarrollo, problemas que están más allá de los fijados
en el examen, comprendiendo a los primeros como racionalizaciones o
desplazamientos de los temas de fondo. No obstante, es gracias a los temas
fijados en el examen que el sujeto logró conectarse con otros de mayor interés.
Son numerosas y
variadas las dificultades que pueden ocurrir. Muchas de ellas serán
comprendidas en las lecciones dedicadas a la transferencia.
L. A. AMMANN
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