(*) el
asterico indica un silencio para que el practicante pueda configurar la imagen
y elaborar sus contenidos.
Estoy en un paisaje luminoso
en el que alguna vez sentí una gran felicidad. (*)
Alcanzo a ver el sol que se
agranda. Lo observo sin molestia. Notablemente, dos rayos se desprenden de el
posándose en mi cabeza y en mi
corazón.
Comienzo a sentirme muy
liviano y a experimentar que soy atraído por el astro. De ese modo, siguiendo los trazos luminosos me dirijo
hacia el.
Desde el disco enorme, que
se convierte en una esfera gigantesca, recibo su calidez suave y benéfica.
Ya en el interior del sol,
aspiro y expiro amplia y profundamente. La luz que me rodea se introduce en mi
cuerpo al ritmo de la respiración, dándome cada vez mas energía.
Me siento sereno y radiante.
Entonces, pido con mis mejores sentimientos que se presente ante mi el guía interno y que lo haga del modo mas propicio. (*)
El me dice que representa a
mi Fuerza interna, a mi energía, y que si se como usarlo
tendré dirección en la vida, tendré inspiración y tendré protección. Pero que debo hacer el esfuerzo por verlo bien o
sentir su presencia con intensidad. (*)
Pido al guía que pose sus manos en mi frente y las mantenga así unos instantes.
Empiezo a sentir que desde
el centro de mi pecho crece una esfera transparente que termina abarcándonos a ambos. (*)
Digo al huya que haga
renacer en mí un profundo amor por todo
lo existente y que me acompañe en la vida dándome alegría y paz. (*)
Pregunto por el sentido de
la vida y espero su respuesta. (*)
Pregunto qué es realmente la muerte y espero su respuesta. (*)
Pregunto por el valor de mi
vida y espero su respuesta. (*)
Pregunto, meditadamente, por
una situación especial de mi vida y
espero su respuesta. (*)
Pido al guía que esté siempre a mi lado en los momentos de duda y zozobra, pero que también me acompañe en la alegría..
El guía se separa de mi y se convierte en una gran flor de
pétalos abiertos que contrasta
en sus colores con el fondo luminoso del disco solar. Luego, la flor va
cambiando en sus formas y tonos como si fuera un armonioso calidoscopio.
Entonces comprendo que atenderá a mis pedidos.
Empiezo a alejarme del
brillante sol, pleno de vida y fortaleza.
Y por dos rayos luminosos,
desciendo al hermosos paisaje, reconociendo en mi interior una gran bondad que
busca expresarse en el mundo de la gente. (*)
(Experiencias
Guiadas, de Silo)
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