Trabajo de los
centros. Tipos humanos. Centro vegetativo.
Cuando una persona sufre cambios
emotivos, muchas cosas se alteran en su interior, entre otras, su respiración.
Cuando alguien se emociona, el corazón se agita y la respiración se hace alta,
la voz se entrecorta y también muestra cambios de tono.
Ciertos estados
internos, así como están ligados a posturas corporales, también lo están a
formas respiratorias definidas.
Algunos individuos que conocen estas
relaciones, logran modificar sus estados de ánimo negativos, asumiendo posturas adecuadas o
cambiando la forma respiratoria. No debe creerse que esas modificaciones se
logran instantáneamente. Todo sucede con un "retardo" de algunos
minutos... Expliquemos esto.
Si por alguna
circunstancia, mi estado emotivo es malo, esto llevará a que mis ideas se
confundan, mis posturas se hagan incorrectas y mi respiración sea deficiente.
Puedo colocarme y hechar a andar, según posturas corregidas que ya conozca. No
obstante, el mal estado mantendrá su inercia por un tiempo. Ahora bien, si
mantengo la actitud corporal adecuada, podré comprobar que a los pocos minutos,
mi estado de ánimo empieza a variar favorablemente.
Otro tanto sucederá si controlo mi
forma respiratoria. Previamente, sin embargo, tendré que observar mi forma
habitual y aprender a modificarla.
Se comprenderá más
adelante que, colocándose en las correctas posturas y manejando un buen sistema
respiratorio, las actividades intelectuales, emotivas y motrices, comienzan a
desplegarse equilibradamente. Este es, sin duda, un gran recurso, pero que
requiere de algunas explicaciones.
En general, decimos que las
actividades humanas están reguladas por centros nerviosos y glandulares. Así,
distinguimos:
A. Centro intelectual:
regula la elaboración de respuestas pensadas, la relación entre estímulos
distintos, la relación de datos y el aprendizaje.
B. Centro emotivo: regula los
sentimientos y emociones como respuestas a fenómenos internos y externos.
C. Centro motriz: regula la movilidad
del individuo y las operaciones corporales.
D. Centro vegetativo: regula la actividad
interna del cuerpo.
Los centros trabajan con velocidad
diferente, siendo el más lento el intelectual y el más veloz el vegetativo. En
general, un cambio vegetativo modifica el funcionamiento de los otros centros
que responderán a ese cambio con un poco más de lentitud.
También actuando
sobre el centro motriz, puede modificarse las actividades emotiva e
intelectual.
Cuando hablamos de corrección de
posturas corporales nos apoyamos en ese hecho. Cuando, en cambio, hablamos de
formas respiratorias adecuadas, nos apoyamos en el centro vegetativo, para que
éste modifique la actividad de los otros centros.
Cada persona tiende a trabajar más
con un centro que con los otros: por ello se puede hablar de tipos humanos
intelectuales, emotivos, motrices y vegetativos (o instintivos).
Con los presentes trabajos, queremos
lograr que todos los centros hagan su ejercicio. Partiendo del
centro vegetativo , lección por lección, iremos poniendo en marcha a
todos los otros. Cada estudiante podrá entonces, comprender cuáles son los
menos controlados por él y por tanto, sobre ellos habrá de trabajar con mayor
empeño.
Serie 3. Centro
vegetativo. Respiración completa.
Siéntese correctamente en una silla.
Cierre los párpados y afloje los músculos lo mejor que pueda. Expulse todo el
aire sin forzamientos. Luego saque, expanda la barriga y, en esa postura,
comience a aspirar el aire, procurando que la sensación sea la de "llenar
la barriga". Conserve el aire unos instantes y expúlselo. A esta parte del
ejercicio, se la llama "respiración baja".
Una vez dominadas las operaciones
anteriores, pase desde la aspiración baja a entrar el vientre, con lo que
obtendrá la sensación de que el aire sube al pecho (esto se refuerza dilatando
la caja torácica, al empujar los hombros hacia atrás). Conserve el aire unos
instantes y expúlselo. A esta parte del ejercicio se la llama "respiración
media".
Finalmente, desde la
barriga hasta el pecho y desde allí hacia la parte alta del mismo, y hacia la
garganta (esto se refuerza bajando los hombros y estirando levemente el
cuello). A esta parte del ejercicio, se la llama "respiración alta".
Haga ahora el ciclo completo de la
respiración baja, media y alta con la misma aspiración, lanzando el aire
viciado al final del ejercicio.
Sintetizando: Sentado
correctamente cierre los párpados y
afloje los músculos, luego siga esta secuencia: expulsión del aire; dilatación
de la barriga; entrada baja del aire; subida hacia el centro del pecho; subida
a la parte alta; expulsión.
Al principio, el ejercicio es
discontinuo, pero con la repetición se va logrando un ciclo armónico y
continuado de entrada y salida de aire en los tres niveles de los pulmones, que
han trabajado íntegramente al concluir la práctica.
Cuide que la respiración
completa sea cada vez más suave, hasta que elimine todo esfuerzo en su
ejecución.
Importante: Practique
varias veces la respiración completa. Tome nota de sus dificultades y
propóngase trabajar el ejercicio en dos o tres momentos del día, hasta la
próxima lección. De acuerdo a los resultados obtenidos, verá si utiliza esta
forma respiratoria como ejercicio diario en el futuro, o si lo hace cuando
desee equilibrar su estado corporal y mental.
L. A. AMMANN
No hay comentarios:
Publicar un comentario