LECCION 2
Diferentes tipos de
desarrollo autotransferencial.
I. Autotransferencias
empíricas.
Existen numerosos argumentos
empíricos, tales los que se desarrollan en los sueños, en los ensueños, en el
arte y en la religión.
Si se quisiera
extremar el punto de vista sicólogico, podría considerarse a la vida de
cualquier persona como un drama que intenta desarrollarse en medio de los
accidentes que sufre el personaje central. Este encarna diversos roles, pero
siempre desde una actitud básica, que es la que podrá desplegarse, o bien
quedar fijada en determinadas etapas sin lograr coherencia.
Las actividades que
el ser humano desarrolla en el mundo, tienen su correlato en las
representaciones que las acompañan. De
ese modo, no son indiferentes sus acciones externas ya que algunas
producirán registros desintegradores y otras registros de unidad interna, o, si
se quiere, de coherencia. De manera que en el hacer cotidiano hay numerosos
elementos de tipo autotransferencial (como los hay de tipo catártico).
Desde este ángulo
puede considerarse posible el ejercicio de actos externos de los cuales el
sujeto no espera resultados externos, sino que su valor estriba en la aptitud
autotransferencial que poseen. Es posible el acto de amor sin especulaciones en
cuanto a resultados externos se refiere. Es posible el amor a una persona, a
una causa, a la humanidad, etcétera.
Serán argumentos
autotransferenciales empíricos, aquellas operaciones de conducta, o las que
correspondan a representaciones, que otorguen al sujeto registro de unidad,
dándole sensación de progreso o de "crecimiento" interior. Esto
último es de particular importancia porque es lo que permite diferenciar una
actividad catártica o relajadora, de otra transferencial.
II. La
autotransferencia empírica en las religiones.
Los temas y argumentos que proponen
las religiones en sus sistemas de oración o meditación, pueden ser seguidos por
el creyente a solas, conociendo las fórmulas de memoria, o bien leyéndolas.
También puede el orante proferir en voz alta repitiendo lo dicho por otra
persona.
Veamos un caso de
oración en el que aparecen diversos argumentos cumplidos por un mismo personaje
o tema central (en este caso Jesús). Tal oración es una declaración de fe, pero
también cumple con los requisitos de un proceso autotransferencial, que se
efectúa siguiendo a un director de oración o de memoria, a solas o acompañado,
en voz alta o en silencio. Se trata de un fragmento del Credo de Nicea.
"...Nació de
Santa María virgen. Padeció bajo el poder de Poncio Pilato. Fue crucificado,
muerto y sepultado. Descendió a los infiernos. Al tercer día resucitó entre los
muertos. Subió a los cielos. Está sentado a la diestra de Dios Padre
todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos...”
etcétera.
Aquí tiene
importancia que la actitud del orante sea de recogimiento, que sienta y en lo
posible visualice los emplazamientos verticales que efectúa el guía (en este
caso Jesús), por los tres niveles del espacio de representación (plano medio,
infierno y cielo). Jesús es el tema central y es también el guía que va
sufriendo transformaciones. Ello permite al creyente fusionarse con él y
experimentar un proceso mental de traslado de cargas afectivas, apoyado en
imágenes.
Si el creyente se
entregara plenamente a su oración, sin duda tendría oportunidad de relacionar
las escenas de la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesús (argumento) con
la comisión de los pecados propios recapitulándolos; padeciendo por el
sufrimiento que han ocasionado; acercándose a la imagen de castigo merecido;
logrando arrepentimiento; formulando propósitos de enmienda futura y, por
último, despertando su esperanza por el cielo de los justos de acuerdo a su fe
cristiana.
En el ejemplo dado,
es posible observar una gama muy grande de posibilidades autotransferenciales
que se abren para el orante.
En las grandes
religiones podemos encontrar otros modelos de procesos autotransferenciales que
los creyentes ponen en práctica durante sus ceremonias religiosas o en el
ejercicio de sus plegarias.
Existen, además,
otros recursos capaces de desatar pequeños procesos autotransferenciales sin
cumplir con los requisitos argumentales del caso. Suelen ser presentaciones
estáticas que tienen alguna modificación sólo en el grado de profundidad de ensimismamiento
que alcance el practicante. Nos referimos a los casos de los
"mantrams" (palabras sagradas repetidas) y a los "yantras"
(imágenes visuales o símbolos sagrados de concentración).
También hay cortas
invocaciones que se utilizan en distintas situaciones, no llegando a ser
argumentos autotransferenciales, sino más bien una suerte de
"pedidos" referidos al guía o a la divinidad, para lograr algún
beneficio. Ejemplo: "N.N., sálvame de todo peligro..”.; y con ello, el
invocante se siente acompañado, o con más fuerza para afrontar sus
dificultades.
Por último, ciertos
gestos y actitudes corporales cumplen también con funciones invocatorias, de
contacto, de agradecimiento, etcétera. Por cierto que tales operaciones no
pueden ser consideradas autotransferenciales a menos que se las encuadre entre
los recursos de entrada a tal proceso.
La ceremonia
religiosa que incluye oraciones, gestos, cánticos, sacramentos, etcétera.,
ofrece una batería de recursos muy completa para el creyente que verdaderamente
se compenetra de las operaciones. La misma ceremonia puede repetirse siempre,
pero alcanzando para el devoto distintas profundidades autotransferenciales, o
bien desplazando el énfasis en distintos aspectos acordes con sus necesidades
de momento.
III. El proceso
autotransferencial.
Antes de iniciar un
trabajo autotransferencial, habrá que fijar el interés. De acuerdo a él, el
operador sabrá como estructurar el argumento, cuáles temas integrarán las
escenas y, por supuesto, en qué nivel del espacio de representación y en qué
tipo de recintos desarrollará sus trabajos.
Supongamos que el
operador necesita resolver algunos nudos biográficos de gran importancia para
él. Sabe que están referidos a imágenes y climas que condicionan muchas de sus
actitudes actuales, pero que inequívocamente tienen su origen en el pasado. De
acuerdo a lo comprendido, queda claro que tendrá que emplazar los argumentos
siguiendo el camino descendente que lo llevará al recinto adecuado. Ahora bien,
su interés puede estar referido a superar situaciones de fracaso que
comprometen seriamente a su imagen de sí. Pero será imprescindible acotar los
límites de tales fracasos. Acaso podrá referirse a cuestiones de trabajo, de
relación, etcétera.
Si nuestro operador
clarifica bien su interés, el armado escénico comenzará por repetir la
situación a partir de la cual comenzó el problema. Así es que el argumento es,
en parte, la repetición de lo sucedido. Sólo en parte, ya que se podrá apelar a
numerosas alegorizaciones que permitan, precisamente, transferir cargas
opresivas e integrar contenidos en el desenlace deseable.
Daremos un ejemplo de
trabajo autotransferencial en el que el interés está puesto en lograr
reconciliaciones con el propio pasado. Como son numerosas las situaciones que
han actuado, habrá que construir varios argumentos que permitan al operador
profundizar en alguno de ellos específicamente.
En el mismo ejemplo,
podremos asistir al tratamiento del tema de Ella (o EL) sin mayores
pretensiones de lograr definiciones precisas. Podrá observarse, además, el
tratamiento alegórico en las escenas en las que el operador emplazará sus
temas. Para una mayor comprensión, fragmentaremos el proceso.
No debe desorientar
que se usen los recursos selváticos de resistencia, ya que están tratados para
dar tensión que luego se descargará en el momento en que se llegue a destino.
Todo el proceso está
enmarcado en una suerte de "juicio final" en el que se pasa revista a
la vida del operador.
La salida del proceso
está alegorizada por el reencuentro con los pasos iniciales, pero en un clima
final de experiencia positiva.
1.- "... Ahora
que estás muerto y has descendido hasta el umbral del mundo de las sombras, al
escuchar el sonido de balanzas, te dirás: 'Están pesando mis vísceras...' y
será cierto, porque pesar tus vísceras es pesar tus acciones”.
2.- "Las
vísceras bajas están en el fuego infernal. Los cuidadores del fuego se muestran
siempre activos, mientras Ella o El (según sea tu condición) se deslizan
sigilosos, o surgen de pronto, para desaparecer del mismo modo”.
3.-
"Primeramente, pagarás a los cuidadores. Luego, entrarás al fuego y
recordarás los sufrimientos que causaste en la cadena del amor”.
4.- "Pedirás
perdón a los maltratados por ti y saldrás purificado únicamente cuando te
reconcilies...”
5.- "Entonces,
llama por su nombre a Ella o El, según sea tu condición y ruégale que te
permita ver su rostro. Si accede a tu demanda, escucha su consejo que es tan
suave como brisa lejana”.
6.- "Agradece
con todo el corazón y parte siguiendo la antorcha de tu guía”.
7.- "El guía
atravesará oscuros pasadizos y llegará contigo a una cámara donde aguardan las
sombras de aquellos que has violentado en tu existencia. Ellos, todos ellos
están en la misma situación sufriente en que aquél día los dejaras”.
8.- "Pídeles
perdón, reconcíliate y bésalos uno por uno antes de partir”.
9.- "Sigue al
guía, que bien sabe llevarte a tus lugares de naufragio, a los lugares de las
cosas yertas irreparablemente”.
"¡Oh, mundo de
las grandes pérdidas en donde sonrisas y encantos y esperanzas son tu peso y tu
fracaso!"
"Contempla tu larga cadena de
fracasos..”.
10.- "Pide al
guía que alumbre lentamente todas aquellas ilusiones..”.
11.-
"Reconcíliate contigo mismo, perdónate a ti mismo y ríe. Entonces, verás,
como del cuerno de los sueños surge un huracán que lleva hacia la nada el polvo
de tus ilusorios fracasos”.
12.- "Aún en el
bosque oscuro y frío, sigues a tu guía. Las aves de malos presagios rozan tu
cabeza. En los pantanos, lazos serpentinos te sumergen”.
13.- "Haz que el
guía te lleve hacia la gruta oscura".
"No puedes ya
avanzar, a menos que pagues tu precio a las formas hostiles que defienden la
entrada”.
14.- "Si
finalmente logras penetrar allí, pide al guía que vaya iluminando a izquierda y
a derecha. Ruégale que ilumine los grandes cuerpos de mármol de aquellos que no
has podido perdonar..”.
15.- "Perdónalos uno por uno y,
cuando tu sentimiento sea verdadero, las estatuas se irán convirtiendo en seres
humanos que te sonreirán y extenderán hacia ti sus brazos en un himno de
agradecimiento”.
16.- "Sigue al
guía fuera de la gruta y no mires atrás por ninguna circunstancia”.
17.- "Paga a tu
guía y vuelve aquí, adonde se pesan las acciones de los muertos”.
18.- "Escucha la
balanza que se inclina a tu favor: ¡Tu pasado te es perdonado!"
19.- "Demasiado
tienes como para pretender más por ahora... Si tu ambición te llevara más
lejos, podría suceder que no volvieras a la región de lo vivos”.
"Demasiado tienes con la
purificación de tu pasado”.
20.- "Yo te digo
ahora: ¡Despierta y sal fuera de ese mundo!"
Ejercicio de
desarrollo del proceso autotransferencial (descenso).
Efectuada la entrada conocida, el
operador podrá seguir el camino descendente hasta encontrar el recinto adecuado
para trabajar alguna escena biográfica, basándose en alguno de los fragmentos
citados en la presente lección.
Es importante que
antes de comenzar el trabajo quede fijado el interés, de manera que los
argumentos que se compongan estén en función de él. Los argumentos, a su vez,
deben tener base biográfica (por lo menos en este ejercicio) y temas que le
correspondan. Si se tratara de un determinado clima sin imágenes, de todas
maneras se efectuará la entrada, se descenderá hasta algún recinto subterráneo
y se pedirá al guía que vaya iluminando el lugar hasta que emerjan temas
(alegorizados o no) que puedan ser trabajados de inmediato. Ese es un recurso
interesante para producir encajes en el sistema autotransferencial.
Será conveniente no
pretender, de comienzo, hacer un largo desarrollo sino más bien trabajar un
solo argumento, profundizándolo en posteriores prácticas.
Terminada una sesión, se
intercambiarán puntos de vista con otras personas.
L. A. AMMANN
No hay comentarios:
Publicar un comentario