martes, 14 de mayo de 2013

Meditemos y reflexionemos diariamente


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Es necesario aprender a mirar hacia adentro, es la única manera de librarnos del miedo a la muerte y ayudarnos a conocer la verdad de la vida.  Aprender a meditar es el mayor regalo que podemos  hacernos. Es sólo por medio de la meditación como podemos emprender el viaje para descubrir nuestra auténtica naturaleza y encontrar la estabilidad y la confianza que necesitaremos para vivir, y morir, bien. Estamos perfectamente entrenados por y para tener celos, para aferrar, entrenados a estar angustiados, tristes, desesperados anhelantes y a reaccionar con violencia contra aquello que nos provoca. La meditación consiste en llevar la mente de vuelta a casa, y esto se consigue en primer lugar por la práctica de la presencia mental o atención Meditar es romper con nuestra forma normal de operar, puesto que se trata de un estado donde disminuye el deseo de poseer ni aferrar nada, una buena meditación, sirve para aplacar la búsqueda de éxito, temor, apego, competitividad etc. (Sogyal Rimoché, 1994)

Ahora bien, muchos creen que meditar es algo que sólo lo hacen los yogas o los monjes budistas y que requiere mucha concentración y tiempo. Esto es así para algunos tipos de meditación. Pero existe la meditación simple, que no por simple es menos eficaz. Es una suerte de reflexión interna diaria que uno puede realizar antes de acostarse, es una suerte de conversación con la parte intencional y humana de uno mismo. Ej.: Cierro los ojos repaso lo que hice en el día,  apelo a que tipo de estado o actitud quiero intencionar mañana, por ejemplo mañana voy a intencionar mi comunicación, me imagino qué voy a hacer mañana, me imagino comunicándome con quienes me rodean.  La noche siguiente lo repito, evalúo y proyecto mis nuevas intenciones. Ej: una muy buena meditación diaria la propone Silo en El Camino. Sólo preguntarse ¿Quién soy? Y ¿Hacia dónde voy?

Lo que hemos de aprender, tanto en la meditación como en la vida, es a estar libres de apego a las experiencias buenas y libres de aversión hacia las negativas.


Los actos unitivos y contradictorios
Estos actos se acumulan en ti, repite los actos de unidad interna y ni aun la muerte detendrá tu vuelo
Toda acción aun la más insignificante está preñada de consecuencias. Incluso un poco de veneno puede causar la muerte e incluso una semilla minúscula puede convertirse en un árbol enorme. No descuides las acciones negativas sólo porque son pequeñas; por pequeña que sea una chispa, puede incendiar un pajar grande como una montaña. Y también no descuides las buenas acciones pequeñas creyendo que no aportan ningún beneficio; incluso las menores gotas de agua acaban llenando un recipiente enorme.

La mayoría de las creencias relacionan la trascendencia con la naturaleza de nuestras acciones en esta vida. El efecto de nuestras acciones depende de la intención a la que responden. Toda dicha que hay en este mundo , toda proviene de desear que los demás sean felices; y todo sufrimiento que hay en este mundo, todo proviene de desear exclusivamente yo ser feliz. Cada vez que perjudicamos a otros nos perjudicamos directamente a nosotros mismos y cada vez que les proporcionamos felicidad, nos proporcionamos nosotros mismos felicidad futura.

La unidad que progresivamente va dando los actos unitivos internamente se registra como la formación de un "algo" nuevo en uno, de un centro de gravedad en torno al cual se des­pliega el quehacer vital.. No hay problema en torno a la supervivencia tras la muerte que pueda ser resuelto sin tener en cuenta la formación de un campo unificado, o de un " algo " interno que barra con las contradicciones desintegradoras  .( Silo, 2004)

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