Sondeo catártico
(profundización).
En la lección
anterior, guía y sujeto tomaron un primer contacto.
Los ejercicios
propuestos tenían como objeto hacer resaltar tensiones que estaban ligadas a
determinados temas. También se pretendió lograr una elemental catarsis,
pidiendo al sujeto que se expresara libremente, comentado hechos o ensueños de
su agrado.
Se avanzará ahora,
hacia técnicas más precisas, siguiendo siempre la idea de detectar problemas
(sondeo) y luego de descargar las tensiones puestas de relieve.
Debe comprenderse lo
siguiente: no es de interés liberar cargas que están relacionadas con tensiones
situacionales (momentáneas), sino hacerlo con aquellas ligadas a tensiones
permanentes. Dichas tensiones aunque admiten gran variedad de motivaciones,
suelen conectarse con tres temas centrales: dinero, sexo e imagen de sí.
Expondremos de
inmediato un sistema completo de sondeo catártico que no requiere de especiales
condiciones para su ejecución.
La base del sistema
es la lista de palabras-estímulo.
El guía va lanzando
palabras, a las que el sujeto debe responder con otras, del modo más rápido
posible y sin racionalizar, es decir, por simple asociación de ideas. Ejemplos
de racionalización son las palabras-respuesta que definen, describen o repiten
el estímulo propuesto. En ese sentido, si el guía dice "silla" y el
sujeto responde "asiento", se está ante una racionalización de poca
utilidad para el sondeo.
Las palabras-estímulo
son, al comienzo, neutras. Es decir, palabras que se refieren a objetos o
utensilios de la vida cotidiana, por ejemplo: mesa, silla, puerta, ventana,
cama, cocina, automóvil, ciudad, fábrica, juguete, etcétera.
Posteriormente, el
guía reemplazará algunas palabras neutras por otras que están relacionadas con
los temas centrales mencionados anteriormente; por ejemplo: mesa, dinero,
puerta, amor, padre, madre, automóvil, ridículo, fábrica, muerte, niño,
etcétera.
A las palabras
relacionadas con los temas centrales o que comprometen la vida e integridad del
sujeto (por ejemplo: "muerte", "enfermedad",
"accidente", etcétera.), se las llama "significativas",
independientemente de que sean estímulo o respuesta.
Demos ahora, algunas
recomendaciones.
El guía usará un
repertorio de palabras pulcro y de buen tono.
El guía tomará nota
de las respuestas significativas, ya sea porque están relacionadas con los
temas centrales, o por su carga afectiva. Por ejemplo, frente a la palabra
"silla", la respuesta "amante", o bien alguna interjección
como "¡Ay!", o alguna construcción extraña como "no puedo",
etcétera.
Tiene especial
importancia atender a los siguientes indicadores:
1. Aumento de tensión muscular ante
la palabra-estímulo o al dar la respuesta.
2. Cambio en el tono de voz.
3. Cambio respiratorio.
4. Cambio en la postura corporal.
5. Exceso de lentitud en la
respuesta.
6. Olvido de palabras
con las cuales responder al estímulo.
7. Respuestas cargadas
afectivamente.
El caso 5, casi
siempre coincide con que el sujeto desplazó la primera palabra que se le hubo
ocurrido, por otra. El caso 6, denota bloqueo de imágenes. El caso 7, tiene
carácter catártico.
En ejercicios
posteriores, el guía lanzará palabras neutras, pero ya intercalando otras
(estímulo, o respuestas del sujeto tomadas como nuevo estímulo), que resultaron
anteriormente significativas.
Más adelante, la
lista será de a dos palabras juntas, a las que el sujeto responderá también con
otras dos.
Por último, el guía
lanzará frases completas organizadas la base de palabras significativas y
pedirá al sujeto que responda también con frases.
El sondeo llega a un
nivel interesante cuando el guía va hablando cada vez menos y el sujeto cada
vez más, extendiéndose éste de tal manera, que de simple sondeo se pase a un
relato cargado afectivamente. En tal caso se están abriendo posibilidades
catárticas que permiten aperturas un tanto vistosas como la risa, el llanto, la
explosión de cólera, etcétera.
Ejercicio 1.
El guía lanza una lista de
palabras-estímulo, a las que el sujeto va respondiendo.
Ejercicio 2.
El guía intercala
palabras significativas, relacionadas con los temas centrales y/o palabras
significativas que el sujeto lanzó como respuestas en el ejercicio anterior.
Ejercicio 3.
El guía lanza una lista de palabras
dobles, a las que el sujeto responde también de a dos palabras.
Ejercicio 4.
El guía lanza frases significativas
y pide al sujeto que responda también con frases.
Ejercicio 5.
El guía lanza frases significativas
y pide al sujeto que se exprese sin prejuicio alguno y sin racionalizar.
Realizados los
ejercicios, el guía colaborará con el sujeto para que éste interprete los
fenómenos significativos, procurando que haga una síntesis coherente de sus
problemas básicos.
Si al término de los
trabajos, el sujeto experimenta un desahogo de sus tensiones, la catarsis ha
tenido lugar. Por cierto que existirán catarsis de distinto nivel de
profundidad y es por ello que se sugiere efectuar varias sesiones.
Como es de estilo,
ambos partícipes cambiarán su rol al terminar con la serie de ejercicios.
Obsérvese que sobre
la base del esquema explicado, pueden depurarse técnicas aplicables en la vida
cotidiana con aquellas personas que manifiestan fuertes tensiones internas y
problemas, en general, de comunicación. Veamos un ejemplo de sondeo catártico
cotidiano con una persona desconocedora de estos temas.
Sondeo de
realimentación.
El guía pide al sujeto que responda
a cada palabra que le sugiera, con otra diferente; si fuera el caso de varias
palabras, en la respuesta también debe haberlas. Por último, si el guía
estimula con frases, el sujeto debe responder también con frases.
El guía pide al
sujeto que responda inmediatamente, sin prejuicios y sin racionalizar.
De inmediato, el guía
lanza una palabra al azar..., el sujeto responde y el guía, tomando la
respuesta del sujeto, se la vuelve a lanzar, resultando de esto que el mismo
sujeto va desenvolviendo una especie de argumento catártico hasta llegar al
relato en el que sólo habla él.
L. A. AMMANN
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