Es una página de reencuentro consigo mismo que permite darnos herramienta para encontrar el camino de la busqueda de nuestra espiritualidad
domingo, 5 de mayo de 2013
busca más en el silencio
LA TAZA"
Se cuenta que en Londres, existía una pareja que gustaba de visitar
las pequeñas tiendas del centro. Una de sus tiendas favoritas era
una donde vendían vajillas antiguas. En una de sus visitas a la
tienda vieron una hermosa tacita.
- "¿Me permite ver esa taza?", preguntó la señora, "¡nunca he visto
nada tan fino como eso!"
En cuanto tuvo en sus manos la taza, escuchó que la tacita comenzó
a hablar:
- "Usted no entiende! Yo no siempre he sido esta taza que usted
está sosteniendo! Hace mucho tiempo yo sólo era un montón de
barro amorfo. Mi creador me tomó entre sus manos y me golpeó y
me amoldó cariñosamente. Llegó un momento en que me desesperé
y le grité: "¡Por favor! !Déjame ya en Paz!". Pero sólo me sonrió y
me dijo: "aguanta un poco más, todavía no es tiempo."
- “Después me puso en un horno. Yo nunca había sentido tanto
calor! Me pregunté porqué mi creador querría quemarme. A través
de la ventana del horno pude leer los labios de mi creador que me
decían: "aguanta un poco más, todavía no es tiempo." Finalmente se
abrió la puerta. Mi creador me tomó y me puso en una repisa para
que me enfriara.
- "Así está mucho mejor" me dije a mí misma, pero apenas si me
había refrescado cuando mi creador ya me estaba cepillando y
pintándome. ¡El color de la pintura era horrible! Sentía que me
ahogaba. "¡Por favor detente!" le gritaba yo a mi creador, pero él
sólo movía la cabeza haciendo un gesto negativo y decía "aguanta un
poco más, todavía no es tiempo."
- “Al fin dejó de pintarme; pero esta vez me tomó y me metió
nuevamente a otro horno. No era un horno como el primero, sino
que era mucho más caliente. ¡Ahora sí estaba segura que me
sofocaría! Le rogué y le imploré que me sacara! Grité, lloré, pero mi
creador sólo me miraba diciendo "aguanta un poco más, todavía no
es tiempo." - “En ese momento me di cuenta que no había esperanza! Nunca
lograría sobrevivir a ese horno! Justo cuando estaba a punto de
darme por vencida se abrió la puerta y mi creador me tomó
cariñosamente y me puso en una repisa que era aún más alta que la
primera. Allí me dejó un momento para que me refrescara.
- “Después de una hora de haber salido del segundo horno, me dio
un espejo y me dijo:
- "¡Mírate! ¡Ésta eres tú!" Yo no podía creerlo. ¡Ésa no podía ser
yo! Lo que veía era hermoso! Mi creador nuevamente me dijo: "Yo
sé que te dolió haber sido golpeada y amoldada por mis manos,
pero si te hubiera dejado como estabas, te hubieras secado. Sé que
te causó mucho calor y dolor estar en el primer horno, pero de no
haberte puesto allí, seguramente te hubieras estrellado. También sé
que los gases de la pintura te provocaron muchas molestias, pero de
no haberte pintado tu vida no tendría color. Y si yo no te hubiera
puesto en ese segundo horno, no hubieras sobrevivido mucho
tiempo, porque tu dureza no habría sido la suficiente para que
subsistieras. Ahora tú eres un producto terminado. ¡Eres lo que yo
tenía en mente cuando te comencé a formar!".
Igual pasa con nosotros. Dios nunca nos va a tentar ni
a obligar a que vivamos algo que no podamos soportar.
Dios sabe lo que está haciendo con cada uno de
nosotros. Él es el artesano y nosotros somos el barro
con el cual Él trabaja. Nos amolda y nos da forma para
que lleguemos a ser una pieza perfecta y podamos
cumplir con su voluntad.
Espero que al igual que a mí, esta historia nos ayude
un poco a comprender lo mucho que Dios nos ama y
que no nos da más de lo que no podamos soportar..."
Desconosco el autor
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