“Muchos
padres han vivido la muerte de un bebé en cualquier momento del
embarazo, en el parto mismo o pocos días después.
Sin embargo la mayoría de ellos ve su pérdida
disfrazada tras la justificación de que fue un sabio acto de la naturaleza.
Han tenido que optar entonces por guardar su pérdida en silencio y en secreto
porque la sociedad no reconoce como una pena válida la muerte de un bebé.
No se acostumbra a realizar funerales, ceremonias religiosas etc, A pesar de
esa masiva negación cultural, para los jóvenes
padres la muerte de su bebé es una verdadera desgracia,
una pérdida mayor que da lugar a un duelo y con frecuencia
a dificultades de pareja.
De
todos los sentimientos propios de un duelo por la muerte de un bebé,
destaco tres que casi siempre están presentes: rabia, culpa y
tristeza, acompañadas de un sentimiento de
fracaso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario